SI ME PERMITE

Ser crítico tiene ventajas

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“No solo enseñes a tu hijo a leer, enséñale a cuestionar lo que lee… Enséñale a cuestionar todo”. George Corlin

Si la idea es de criticar, no hay mucho para poder decir, porque el mismo hecho de criticar no ayuda ni favorece al que lo hace ni al que lo escucha. Pero si cuando tenemos la capacidad de ser críticos, es decir que lo que oímos o leemos no lo aceptamos simplemente sino que nos preguntamos, investigamos para estar seguros que se nos está dando algo que es correcto y tiene fundamento.

Lamentablemente en el medio en el que nos movemos, si no estamos conscientes y no estamos alerta fácilmente somos impresionados con informaciones que nos son totalmente ciertas y que carecen de fundamento, pero que si prestamos atención nos afectarán tarde o temprano.

Debemos entender que el ser crítico es un proceso formativo, como lo es a aquel que está en la cocina y cuando está probando la comida sabe exactamente qué le falta o cuánto falta para que lo quite del fuego, cosa que no fue aprendido de un día para el otro pero que con el tiempo se ha desarrollado. Posiblemente en el pasado se cometieron errores, pero hoy se pueden llamar experiencia.

La figura anterior nos invita a tener un proceso formativo de tal manera que cuando leamos o escuchemos, podamos analizarlo con una mentalidad crítica y ver cuán relevante o cuán apropiado es lo que se está informando. Este ejercicio debe iniciarse desde los círculos de amigos donde se comparte información acompañado de un cafecito y no tanto de quién lo dijo, sino lo que se está diciendo tiene peso para que tenga la credibilidad necesaria para registrarla en nuestra mente como para compartirla como una verdad y no simplemente porque alguien lo dijo.

El ejercicio anterior es válido aun cuando leemos algo o estamos escuchando un programa. Si pensamos que la mente es como un archivo de informaciones debemos saber filtrarla. Muchas veces nos ha pasado tener una información que guardamos en nuestra mente y en un momento especial queremos compartirlo y tenemos la dificultad de recordarnos quién lo dijo o dónde lo leímos. Así como es importante recordar lo que compartimos, también es valioso el recordar dónde adquirimos la información para que tenga mayor impacto.

Lamentablemente nuestra sociedad cada vez lee menos y poco se preocupa en asegurarse si lo que se le dice tiene fundamento y si es verdad. Por lo mismo, en ocasiones los que nos rodean nos tienen que interrumpir y corregirnos porque lo que estamos compartiendo no tiene fundamento. Esto nos tiene que cultivar una mentalidad crítica para poder evaluar lo que oímos y lo que leemos, y por supuesto que si estamos en la obligación de ser personas de credibilidad, porque cuando nos preguntan saben que no son rumores que compartimos sino informaciones, por nuestro modo de ser, oír e informarnos.

Tenemos personas o fuentes que consultamos cuando queremos información y no aceptamos cualquiera, si somos críticos, queremos lo correcto. Es verdad que cuando en la calle buscamos alguna dirección y preguntamos, el modo en el que nos dan la respuesta puede darnos seguridad o bien duda, tan extremos que volvemos a preguntar a otro para asegurarnos.

Debemos cultivar una personalidad que ayude al prójimo, porque al ser críticos podemos ayudar mejor a los nuestros y a los que nos consultan. Claro que es un ejercicio que al final es gratificante.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

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