EDITORIAL

Termina primera parte de la crisis

La elección en el Congreso del licenciado Alejandro Maldonado Aguirre para ejercer el cargo de Vicepresidente de la República hasta el 14 de enero del año entrante permite pensar que se ha arreglado una parte importante de la actual crisis política, pero aún son necesarias otras acciones que lleven a la normalidad y permitan al recientemente iniciado proceso electoral efectuarse sin contratiempos.

Maldonado Aguirre tiene más de medio siglo de experiencia política personal. Su carrera comenzó con el Movimiento de Liberación Nacional, del que fue diputado; fue ministro de Educación de Carlos Arana Osorio, candidato a la Presidencia por el Partido Nacional Renovador, en alianza con la Democracia Cristiana; diputado a la asamblea constituyente de 1984 y magistrado de la Corte de Constitucionalidad en tiempo de Vinicio Cerezo; diputado por el grupúsculo político Unionista, y por tanto leal a Álvaro Arzú.

Representó a Guatemala en la Organización de las Naciones Unidas y en Ginebra. Recientemente participó en casos de alto impacto y de gran trascendencia. como el asesinato de monseñor Juan José Gerardi; detuvo la extradición de Ríos Montt, anuló la sentencia de genocidio y redujo el término de la fiscal general Claudia Paz y Paz, lo que le ha ganado críticas.

Se trata de un jurista con experiencia, capacidad poco común de oratoria conceptual y profunda. Por ello se le puede considerar como alguien que, si lo desea, podrá tomar las iniciativas necesarias para iniciar el fin de la crisis.

A diferencia de la anterior vicepresidenta, cuando el gobernante se encuentre fuera del país, Maldonado Aguirre puede sustituirlo en una forma muy superior. No hay riesgo de que una declaración torpe ponga en aprietos al Gobierno, y su experiencia le permitirá impedir el paso de ocurrencias de algunos asesores presidenciales o integrantes del partido. Tampoco se puede señalar que tenga interés de llegar a la Presidencia, que fue uno de sus sueños por mucho tiempo, y con el puesto al que llega ahora cerrará su carrera política en espera de los cuatro años que integrará el Parlamento Centroamericano.

El nuevo vicepresidente no parece ser lo que esperaba el imaginario de los guatemaltecos. Otros consideran que se arriesga demasiado, por subirse a una embarcación política agujereada por las explosiones de las manifestaciones populares. Por ello, lo que ocurra mañana en la Plaza de la Constitución y en parques de las ciudades y poblados departamentales será un factor que demuestre la necesidad de comenzar los cambios al sistema político nacional.

La elección dentro del Congreso demostró que las instancias funcionan cuando se les da la oportunidad de hacerlo. Se cumplió con los requisitos legales y ese es un avance muy importante, dadas las circunstancias políticas del país. Obviamente, depende de la decisión de Maldonado Aguirre el que su vicepresidencia sea notoria y útil, o que se convierta en anodina. Por su conocimiento de la historia, el vicemandatario tiene claro que quien la desconoce, solo podrá repetirla.

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