CATALEJO

Terrorismo contra la vida y la cultura

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ENTRE LA GRAN CANTIDAD de acciones monstruosas cometidas por los fanáticos integrantes de la organización terrorista Estado Islámico (EI) sobresale una: la destrucción de los vestigios de la Historia, las muestras de las distintas culturas de la humanidad. Son tesoros invaluables e irrepetibles porque demuestran las distintas formas como las razas vieron el mundo, cómo eran sus avances, su forma de organizar a la sociedad. Esta destrucción tiene el factor desencadenante del fanatismo religioso y se convierte en un crimen de lesa humanidad porque las autoridades de la religión musulmana se han quedado en silencio, con lo cual demuestran, en la práctica, un retroceso mental al no considerar el valor histórico de las manifestaciones religiosas.

LOS FANÁTICOS DE EI, como era de esperarse, han continuado su barbarie al atacar en Túnez a un grupo de turistas cuando entraban al museo del Bardo, matando a 19 personas e hiriendo a 22. Es terrorismo duro y puro contra la vida y la cultura humanas. Ya en este mes destruyeron con tractores ruinas asirias de Nim-rod, en Irak, luego de las oraciones del mediodía, así como dos estatuas de toros sagrados asirios milenarios en Nínive; Hatra, ciudad del siglo III antes de Cristo, y Hour Sharrakim, hoy Jorsabad, la capital asiria del 722 al 705 AC. Los seguidores de EI no tardan en enviar mensajes en las redes sociales para felicitar a los historicidas y apoyar tal muestra de fanatismo inaceptable e inexplicable aun con los cánones musulmanes.

LA DESTRUCCIÓN DE LAS manifestaciones culturales por motivos religiosos o de conquista es larga y se remonta en el tiempo. Ejemplos: un califa árabe ordenó quemar la biblioteca de Alejandría en tiempo del imperio romano. Los conquistadores y curas españoles destruyeron pirámides, códices e ídolos de los dioses aztecas, mayas, incas, etcétera, en nombre de Jesús y de la Iglesia. En la Segunda Guerra Mundial, los aviones aliados redujeron a escombros el monasterio de Monte Cassino, en Italia, donde tropas alemanas se habían escondido. Los monumentos históricos de París no fueron destruidos porque el general alemán a cargo de la ciudad no obedeció la orden del maniático Hitler cuando se derrumbaba su breve imperio.

DEBIDO A LA BARBARIE DE EI, toda manifestación cultural no musulmana se encuentra en peligro de desaparecer para siempre. Eso incluye los tesoros colocados en museos, las iglesias, las ruinas de construcciones civiles, y no se puede considerar a un país libre. Igual riesgo tienen las imágenes católicas de todo el mundo, como las de los miles de dioses de la India, China, Tailandia, el Egipto Antiguo, etcétera. La razón para estos posibles ataques se debe encontrar en una de las partes del Corán, según la cual no es debido a nadie pintar o esculpir una imagen para representar a Dios. Debido a esto, los musulmanes no tienen imágenes religiosas y las mezquitas solamente presentan admirables ejemplos del arte árabe de la decoración.

DEBIDO A LA ORGANIZACIÓN interna de los fanáticos de EI y a la facilidad de desplazamiento de los maleantes, de adquisición de armas, de comunicación electrónica, solo es posible detectar a un muy pequeño porcentaje de quienes están enrolados, a lo cual debe agregarse su decisión suicida. Europa se encuentra en la zona de mayor peligro, a causa de su población musulmana, muchas veces reunida en verdaderos ghettos citadinos donde, en la práctica, las autoridades no pueden mandar. La destrucción de más muestras de la cultura histórica mundial es un hecho actual, imposible de pensar siquiera hasta hace pocos meses. Los tractores usados para destruir a Nimrod acabaron con una parte del espíritu de la raza humana, en el nombre de un dios.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.