CATALEJO

Tránsfugas y nuevo mapa politiquero

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A LAS CERO HORAS DE ayer se detuvo el vergonzoso transfuguismo dentro del Congreso. Al analizar esa situación, aunque sea con muy poca profundidad, afloran unas cifras causantes de un justificado espanto. En primer lugar, la cifra de 70 diputados colocados hoy bajo el acomodo de una horda política distinta se acerca al 50 por ciento del total. Ciertamente, en otros países ha habido casos de personas cuyas carreras políticas comenzaron en un partido y luego continuaron con otro, como por ejemplo el caso en Estados Unidos de Ronald Reagan, quien comenzó siendo demócrata. En sí, el cambio de bandera política es una posibilidad y un derecho ciudadano, pero cuando se convierte en maña, provoca rechazo, indignación o burla.

LOS NÚMEROS SON CLAROS. El Líder obtuvo 45 diputaciones y ahora tiene 4, para un 91% de transfuguismo. El Patriota, de 18 quedó con 2, o sea 89%; Viva, de 5 quedó con 4, 20%; UCN, de 7 quedó con 6, 15%; Todos, de 18 tiene ahora 17, 6%. Se mantuvieron sin cambio UNE, 32 diputados; Encuentro por Guatemala, 7: Creo, 4; Convergencia y PAN, 3 cada uno; Fuerza, 2; Winaq, URNG-Maíz y Unionista, 1 cada uno. Se crearon el Movimiento Reformador (sinibaldistas) con 20; la Alianza Ciudadana (expatriotistas y lideristas), con 16. El partido oficial FCN-Nación subió de 11 a 32, es decir un 337%, gracias a la operación de compra —perdón, de convencimiento— a 27 de quienes llegaron de otras tribus políticas.

LA DECISIÓN DE FCN-NACIÓN estuvo basada en el criterio de sumar votos a toda costa y sin detenerse a pensar en el riesgo de aliarse y unirse a quienes pusieron su curul, directa o indirectamente, a disposición de quien da más, ya sea en dinero o en prebendas, como las tristemente famosas compañías constructoras encargadas de ejecutar obra pública. Los diputados electos como resultado de la campaña del oficialismo, al colocarse en actitudes irreverentes propias de las incapacidad y de la miopía intelectuales, han abierto la puerta a la repetición del fenómeno ocurrido cuando el delincuente Jorge Serrano asumió la Presidencia, es decir a la posibilidad de ser objeto de chantaje político derivado de congresistas pertenecientes a todas las bancadas.

ESTA REALIDAD OBLIGA A la ciudadanía consciente a pensar de nuevo en manifestarse en manera similar a como lo hizo durante el régimen pérez-baldetista, ante el increíble abuso, desgobierno e irresponsabilidad imperantes en el Parlamento. La sociedad tiene ahora, gracias a la tecnología instantánea, una serie de mecanismos inmediatos de comunicación entre los cuales sobresalen las redes sociales. El hecho de un silencio ciudadano no implica necesariamente el retorno a la actitud conformista tradicional, y a reducir la crítica y el rechazo a círculos cercanos. Ahora, con la geografía de hecho desaparecida, la divulgación de las ideas ciudadanas no solo son imparables sino carecen de límites dentro del planeta Tierra.

SERÍA INGENUO PENSAR siquiera en la posibilidad de un milagroso cambio en la actitud de los diputados. Simplemente son el resultado de un sistema político ya debilitado al punto del desfallecimiento. La desaparición del Patriota y de Líder, tan envalentonados hace apenas un año, demuestra su inconsistencia en todos los órdenes, así como su calidad de agrupaciones cuyo fin era el asalto del Estado, por lo cual lo ideológico pasaba a un lejano plano, si existía. El transfuguismo se puede convertir en el equivalente a la “pócima mágica” de la vicepresidenta patriotista. No se trata de salir a meditar, sin goce de sueldo, sino de aceptar la incapacidad y la imposibilidad de recuperar algún viso de credibilidad. Eso se aplica para todos los curuleros.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.