El trasiego de dólares
El aeropuerto La Aurora se ha convertido en el punto de embarque donde, a pesar de los controles, todavía hay personas que utilizan distintos métodos para ocultar fajos de billetes, en cifras que han llegado hasta los cientos de miles, con la promesa de que recibirán un pago jugoso al alcanzar su destino ese dinero. Billetes pegados en cuadernos o libros, maletas con doble fondo y hasta productos enlatados cuyo contenido es cuidadosamente extraído a fin de colocarlos allí.
Pero no solo se trata de billetes. El jueves último, muy cerca de la terminal aérea, en las oficinas de la empresa Combex-in, dedicada al transporte de mercadería desde y hacia Estados Unidos, fueron encontrados 22 lingotes de oro cuyo destino era una ciudad estadounidense, y ninguno de los cuerpos de seguridad pudo dar una explicación satisfactoria sobre cómo el valioso metal, en forma que solo se ve en las películas, pudo llegar a esas instalaciones y estuvo a punto de salir del país.
No es la primera vez que anomalías de esta naturaleza se registran a ambos lados del principal aeropuerto del país, y ha sido vox populi que a determinadas horas de la noche ingresan vuelos no registrados procedentes del sur del continente, con mercancía ilegal cuyo destino final es Norteamérica. Asimismo, los aprehendidos con efectivo sin declarar son tan solo una parte de quienes se dedican a ese trasiego.
La mayoría de capturados se dirigían a Panamá, que es un punto neurálgico hacia otros países sudamericanos. Desde 2010 hasta 2013 fueron detenidas 37 personas con ese destino que llevaban, en conjunto, US$7.5 millones, una muestra del jugoso negocio que hay detrás de este dinero.
La segunda ruta con mayor trasiego de dólares es Colombia, lo cual puede resultar más lógico, aunque también más obvio, por lo que algunos optan por hacer escala en Panamá.
A final de cuentas, lo verdaderamente interesante es que hay un flujo mucho mayor de dinero no detectado. La principal evidencia para sustentar esta hipótesis es que los hallazgos continúan; por lo tanto, existen personas que persisten en cobrar una comisión a cambio del viaje.
De hecho, el límite legal para efectivo declarado, que es de US$10 mil, es a menudo manipulado en forma legalista: hay viajeros que, en efecto, consignan que llevan divisas americanas hasta por un valor de US$9 mil 900, con lo cual intentan disimular dudas sobre el origen o el destino de tales recursos. Sin embargo, es tal el volumen de los pagos que la delincuencia necesita hacer, que a veces recurren a grupos completos de personas que curiosamente llevan cifras que lindan con los US$10 mil.