EDITORIAL

Un muestrario de los problemas

El presidente Jimmy Morales, en sus pocos días de encabezar el Gobierno, ha debido encarar situaciones hasta cierto punto inesperadas que le pueden demostrar las dificultades a las cuales un gobernante se debe enfrentar. Estas son: la imposibilidad de haber logrado obtener fuerza dentro del Congreso de la República; la innecesaria crisis causada por la errónea escogencia de la ministra de Comunicaciones, que se vio obligada a separarse del equipo gubernativo, así como los efectos de los cambios decididos en el Ejército y la posibilidad de una devaluación del quetzal.

En el primer caso, el error presidencial fue no haber podido negociar con los diputados por una cuota de poder. En el segundo, se equivocó doblemente; primero, al escoger a una persona cercana, sin investigar si llenaba los requisitos, y luego al mantenerla a pesar de todas las expresiones públicas que le recomendaban pedirle su inmediata salida. La funcionaria finalmente renunció, pero el daño a la imagen de Jimmy Morales ya estaba hecho.

El caso del Ejército es distinto. Mucho se ha especulado sobre las razones por las cuales actuó como lo hizo el jefe del Estado Mayor de la Defensa, máximo cargo militar castrense, sin tomar en cuenta al ministro, es decir, a quien ocupa un puesto político militar que lo hace ser subordinado directo del presidente de la República, quien es el comandante general. Se trata de un oficial que estaba a muy poco tiempo de ser retirado, por lo que su separación se justifica totalmente.

Lo ocurrido señala una división entre los militares, basada sobre todo en la edad y los años de servicio, así como la manera como analizan la situación oficiales retirados que participaron en el conflicto armado interno, y los que ahora integran a un ejército en paz. Los efectos de este caso en la unidad castrense no se pueden achacar al mandatario, pero sí debe tomarlos en cuenta como un ingrediente para todas sus decisiones futuras como comandante general.

El rumor de una devaluación del quetzal es otra fuente de inestabilidad. La manera como el Banco de Guatemala ha actuado en los últimos años ha sido la causa fundamental de una estabilidad entre quienes exportan y quienes importan. No parece ser una buena idea tomar decisiones que, como la devaluación, son beneficiosas para un determinado sector, y queda a la discusión teórico-práctica cómo afectará de manera positiva o negativa a la población en general. Como siempre sucede cuando nacen rumores y se sabe de posibles decisiones en materia económica, la reacción generalizada de los ciudadanos es cambiar su moneda local y convertirla en una divisa fuerte, como el dólar, lo cual aumenta los efectos negativos de la intervención del Gobierno en el tipo de cambio, que tiene en su dependencia de la ley de la oferta y la demanda a una de sus mejores justificaciones.

Cada tema de los mencionados puede generar largas discusiones en base a diversos criterios técnicos, políticos, ideológicos y sociales. La primera conferencia de prensa, a la que el mandatario llegó ayer con casi dos horas de retraso, debe ser aleccionadora para él. Gobernar significa escuchar opiniones, tomar decisiones y tener la disposición de cambiarlas.

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