EDITORIAL
Un nuevo revés a la corrupción
La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, junto a la fiscalía especial del Ministerio Público, dieron ayer un nuevo paso en la lucha contra la corrupción, con la captura de al menos 12 personas ligadas a una red de defraudación en la Policía Nacional Civil (PNC). Uno de los capturados y de mayor jerarquía era quien ocupaba la Subdirección General de Apoyo Logístico, donde se organizaban compras y otras adquisiciones para la institución.
Entre la presentación que ayer hicieron las autoridades para dar a conocer detalles de la más reciente banda de corrupción incrustada en el Gobierno, se reveló que los involucrados habían establecido empresas de cartón para simular la prestación de servicios que nunca llegaron a la PNC. Algunas de estas eran por reparaciones a los vehículos de la Policía, y todo fue un simulacro para sustraer de esa institución al menos 52 millones de quetzales.
El actual se ha convertido en el Gobierno que más casos de corrupción ha acumulado en tan poco tiempo, lo que se evidencia con el hecho de que no ha transcurrido ni un año y se han descubierto al menos cuatro casos de gran impacto sobre las redes delincuenciales. El primero se registró en septiembre, cuando fue desarticulada una mafia que controlaba los presidios, lo que permitió la captura del capitán Byron Lima, en un operativo montado para su detención y tras lo cual se sigue un proceso contra las autoridades penitenciarias.
Luego, en poco más de dos meses se desarticularon otras mafias que lucraban con los recursos del Estado. La primera de ellas fue la red llamada La Línea, la cual operaba en el sistema tributario y se encargaba de sustraer recursos millonarios. Este es uno de los casos de mayor escándalo, que provocó la caída de la vicepresidenta, quien ahora se encuentra al borde de enfrentar a la justicia porque se sospecha que pudo haber incurrido en lavado de dinero o enriquecimiento ilícito. El hecho todavía tiene al gobernante Otto Pérez Molina en el ojo de una tormenta política sin precedentes.
Luego de ese golpe surgió un nuevo revés, con la aprehensión de otra estructura de defraudación en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, otro caso de gran relevancia porque una de las figuras más prominentes que guarda prisión, como presunto cabecilla, es Juan de Dios Rodríguez, quien llegó a la presidencia de esa institución al ser designado por el mandatario Otto Pérez Molina, cuya administración ya arrastraba el escándalo de que el ex secretario privado de la ex vicepresidenta, ahora prófugo, está señalado de dirigir las operaciones fraudulentas.
Ahora, con estas nuevas capturas se suma un nuevo caso más de corrupción rampante en altos organismos del Estado, lo cual hace preguntarse qué más puede venir, si aun con las limitaciones que tienen los entes investigadores han logrado con un poco de esfuerzo y mucho menos interferencia propinarles reveses tan certeros a estos grupos mafiosos que han buscado un inmoral enriquecimiento con recursos que provienen de los guatemaltecos.