CON NOMBRE PROPIO

Voluntad y voto

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La manifestación de la voluntad es un efecto del ejercicio de nuestra libertad. Imposible no recordar, en la Facultad de Derecho, las pláticas de don Rubén Contreras Ortiz, quien nos enseñaba con paciencia franciscana que en la teoría de contratos existían, por ley establecidos, vicios en el consentimiento. Con la dicción del buen maestro señalaba que el error, el dolo, la simulación y la violencia anulan la voluntad en un contrato.

En la teoría de los contratos se estudian aquellos llamados “contratos de adhesión”, que son los que firmamos al obligarnos por un celular, la luz, el agua, por citar algunos casos. Nos pasan textos con letra pequeña que firmamos sin leer y, la verdad, si leyéramos, nada podríamos negociar porque “si así no lo quiere, déjelo”, pero hasta estos pueden ser anulados si hay vicio en la voluntad.

Cuando nos manifestamos al comprar o vender una casa, tomar en arrendamiento un local o donar algo ejecutamos un acto de voluntad. Se regula que aunque ello esté en alguna escritura pública, si existen vicios, lo firmado puede ser anulado.

Nuestro país aprobó una ley que adoptó la “Extinción de Dominio”, en ella queda claro que si bien se reconoce el derecho a la propiedad privada, no se reconoce el derecho de quien la adquirió por virtud de delitos establecidos en la norma, y esto es lógico. Si Juan compró una casa con la plata que le pagaron por el rescate en un secuestro, sería estúpido que el sistema defendiera su derecho de propiedad cuando lo obtuvo por secuestrar a alguien.

¿Qué pasa si llevamos un poco de esto a nuestro voto?

En una elección escogemos del menú presentado por los partidos políticos, pero ¿somos libres de escoger? ¿Es lógico votar por quienes pudieron haber financiado su campaña e incluso su modo de vida por medio de dinero proveniente de delitos? Suponiendo que existiesen candidatos que gastaron dinero del tráfico de drogas, ¿tienen derecho a postularse a un cargo público cuyos requisitos son idoneidad, honradez y capacidad? ¿Es lógico defender “el derecho de elegir y ser electo” de quien gasta dinero del delito? Y debemos separar las cosas, que el dinero ingresó a ciertos partidos ya está establecido, la responsabilidad penal de cada quien en el delito es otro cantar.

Nuestro país enfrenta una crisis aguda y la sufre porque no supo vacunarse a tiempo. Hay dinero sucio, de forma abierta, en el sistema político. Los exégetas de la ley jamás aceptarán que, antes que nada, es la justicia y el derecho, somos nosotros quienes debemos procurar la defensa de la razón y de la lógica, porque confunden la responsabilidad penal (la cual es personalísima) con los efectos electorales del dinero sucio gastado en campaña, que puede anular la elección.

La voluntad manifestada en un voto estará “marcada en la papeleta”, pero si hay vicio es anulable. Si ese candidato con la equis rayada en su cara financió su campaña con dinero sucio, todo el proceso pende de un hilo. Dios conceda sabiduría y valor al TSE a tiempo.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.