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El alarmante descubrimiento sobre el aire que se respira en Guatemala solo con salir a trotar a las 6 de la mañana

Los escapes de automotores, el humo de leña y ciertas emisiones de actividades fabriles pueden agravar enfermedades crónicas en la población. De ahí la necesidad de minimizar su impacto.

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Varias comunas han instalado máquinas para que los guatemaltecos se ejerciten al aire libre, la mayoría cerca de ciclovías, como esta de Puerto Barrios Izabal. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Varias comunas han instalado máquinas para que los guatemaltecos se ejerciten al aire libre, la mayoría cerca de ciclovías, como esta de Puerto Barrios Izabal. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Entidades privadas y públicas efectúan algunas mediciones. Estas iniciativas se suman a los monitoreos en dos estaciones del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) en la capital; los de la Facultad de Farmacia y Ciencias Químicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), instaladas en el edificio T10 de dicha facultad; en la sede del Insivumeh, zona 13; sede del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap), zona 11; otra entre las calzadas Roosevelt y San Juan, zona 11; Museo de la Usac, zona 1, y una en Mixco.

Las entidades privadas reportan seis, según la plataforma Purple Air, que incluyen una en zona 15 y otra en San Cristóbal El Bajo, cerca de Antigua Guatemala, Sacatepéquez. De igual manera, en el interior del país, están habilitadas las estaciones a cargo del Insivumeh en Labor Ovalle, Quetzaltenango; finca La Industria, Escuintla, y en Puerto Barrios, Izabal.

Según el Insivumeh, la calidad del aire en Guatemala se mantiene bastante buena. Eso significa que aunque existe contaminación ambiental, buena parte de ella en la capital, la cantidad de material particulado suspendido en el aire no es suficiente para causar daños graves, porque no permanece más de 24 horas, indica Carlos Chicojay, ingeniero técnico de la entidad.

No obstante, el profesional advierte de que el contacto prolongado con partículas puede generar distintos efectos a la salud de las personas sensibles a la contaminación, como ya se ha mencionado.

El transporte y ciertos tipos de generación de energía, así como la deforestación y algunas actividades de agricultura y ganadería han producido efectos del cambio climático en el país, que se observan en los patrones de lluvia o el aumento de la temperatura, señala Daniel García, gerente ambiental de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).

“Entre los elementos que influyen en la calidad del aire también están los regulados a nivel mundial por la convención marco sobre el cambio climático. Los principales son el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), y después está el óxido nitroso (N20), que son los principales gases de efecto invernadero y, por último, todos los gases fluorados que hay en los aires acondicionados”, explica Chicojay.

Aquí se incluyen los procesos geológicos como la erosión, erupciones volcánicas e incendios forestales. El material particulado de origen antropogénico incluye la quema de combustibles fósiles.

“Si alguien sale a correr a las 6 de la mañana tiene más riesgo de inhalar partículas, por el gran número de vehículos en circulación”.
Rodolfo Girón, gerente general de Ecoquimsa

De acuerdo con el informe de la calidad del aire en la ciudad de Guatemala 2018, el más reciente elaborado por el Laboratorio del Aire de la Usac, el 55 por ciento de todas las mediciones efectuadas durante el 2018, en especial las reportadas en las estaciones ubicadas en el Incap y entre las calzadas San Juan y Roosevelt, sobrepasan los valores guía de la OMS.

También es evidente que la contaminación en los puntos de muestreo ubicados en la ciudad de Guatemala es ascendente.

Esto es alarmante, considerando que este parámetro constituye uno de los que mayor impacto negativo tienen en la salud. Su ínfimo tamaño hace que no sea perceptible a simple vista, lo cual provoca una falsa sensación de seguridad en relación con la calidad del aire, hace ver Edwin Taracena, director del Laboratorio del Aire de la Usac.

Uno de los principales agentes detectados en esos resultados es el monóxido de nitrógeno (NO2), del cual el 49 porciento de las mediciones supera el valor guía de 40 g/m3 anual, de la OMS.

Con base en los mismos parámetros de la OMS, durante marzo último la calidad del aire, en promedio, fue de 70 g/m3, un rango moderado, según el monitoreo que lleva a cabo el Laboratorio Ecológico y Químico, S. A. El 18, 23 y 30 de ese mes presentaron los mayores valores de contaminación.

Desde el 2017 esa firma ha impulsado una red de pequeñas estaciones de monitoreo de la calidad del aire, cuyos resultados están a disposición del público en internet, en su portal ecoquimsa.com.gt