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Más gente sale de casa para asuntos no indispensables

Las personas salen cada vez con más frecuencia, pero los expertos en salud advierten que el virus no ha desaparecido.

Quedarse en casa y evitar la cercanía física con otras personas es la única ruta de momento para disminuir los contagios de coronavirus. Sin embargo, el número de personas que salen de casa para asuntos no indispensable tuvo un aumento exponencial las últimas semanas.

A inicios de abril, cuando recién se presentaban los primeros casos de covid-19 en el país, se le preguntó a la población del área metropolitana qué tanto permanecía en casa. En esa ocasión solo el tres por ciento reconoció salir bastante. No obstante, ese porcentaje se multiplicó para el período de entre el 6 y 9 de octubre.

Los datos se desprenden del estudio exploratorio de ProDatos, en la que también se refleja que la totalidad de personas que salían solo para asuntos indispensables disminuyó 27 puntos porcentuales entre abril y las primeras dos semanas de octubre.

Los primeros días de octubre se caracterizaron por la pérdida de vigencia del estado de calamidad y con ello también se anuló el toque de queda, que prohibía a las personas movilizarse después de las 21:00 horas. No obstante, permaneció vigente la prohibición de vender bebidas alcohólicas o fermentadas después de esa hora.

Aunque la mayoría de las restricciones ya desaparecieron, los contagios no paran. Durante la primera quincena de octubre, se hicieron 42 mil 208 tamizajes y de estos 5 mil 785 resultaron positivos. En el mismo período de tiempo 113 personas fallecieron por coronavirus.

En el país se estima que hay 7 mil 459 caso activos, sin embargo, este número podría multiplicarse fácilmente si la población no acata las medidas.

Iris Cazali, infectóloga de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (Agei), considera que el aumento a la movilidad puede deberse a que algunas personas volvieron a sus centros de trabajo, pero también está la opción que la gente relajara sus medidas de prevención.

Si fuese el primer caso, es necesario evaluar bajo si las condiciones en que laboran las personas son adecuadas para minimizar el riesgo de los contagios.

Ahora, también es posible que se hayan relajado las medidas de prevención. A ese respecto, hay que comprender que el contacto humano es necesario, pero a medida que las restricciones se liberan, puede crearse la falsa seguridad de que la pandemia está bajo control. La infectóloga advierte que el virus no ha desaparecido y si no se guardan las precauciones podrían dispararse los contagios nuevamente.

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Salen con frecuencia

La mayor parte de la población entrevistada, que representa un 56 por ciento, afirmó que salía de casa menos que con relación a los meses previos a la pandemia. Sin embargo, reconoció que no permanece en encierro con la rigidez que lo hacía en abril.

“Lo que quiero que comprendamos es que el virus sigue ahí y sigue buscando seres humanos a dónde llegar, multiplicarse y seguir vivo. Lo vemos claramente en Europa. Si no necesitamos salir, lo más importante es mantenernos más en casa”, advierte Cazali.

Por su parte, el Ministerio de Salud y la Comisión Presidencial contra el Coronavirus piden a la población cautela. Como parte de las medidas de prevención, los cementerios públicos y privados permanecerán cerrados entre el 31 de octubre y 2 de noviembre.

Responsabilidad

Jorge Ernesto Rodas, psicólogo y magíster en prevención y atención integral de conductas adictivas, explica que hay tres factores que inciden en la movilidad de los seres humanos. La primera es la tendencia a “ser gregario”, es decir, la necesidad que hay de encontrar bienestar en convivencia grupal.

“Los contactos sociales primarios que existen, y que son los esenciales para la supervivencia afectiva, se dan entre el círculo familiar, de amistades o el laboral.  Pero eso no implica que se den sin ningún tipo de medida preventiva. Es decir, con el uso de mascarilla, gel, distanciamiento y sin ningún tipo de contacto físico”, afirma el experto.

La segunda se refiere a la supervivencia económica, que motiva a las personas a movilizarse en busca de ingresos para su supervivencia. Y, por último, está la tendencia a desafiar el sentido común, que es más frecuente en los jóvenes.

Entre las sugerencias que Rodas da se encuentran utilizar la tecnología para compensar la falta de contacto con las demás personas, como mensajes de texto o videollamadas. El realizar ejercicio físico también puede ayudar a disminuir los efectos de la carencia de movilidad, especialmente para quienes aún trabajan desde casa.

Por último, recomienda encontrar actividades alternas que despeguen a las personas de las pantallas. Sin embargo, si salir es absolutamente necesario, se debe hacer con las medidas de protección, dice el entrevistado.

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