Revista D

Héctor Rosada: “A los 14 años definí mi ideología”

En la actualidad se dedica a  la investigación y redacción de informes sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado interno.

Las fotografías que cuelgan en los muros del apartamento de Héctor Rosada Granados (75) reflejan la historia de un académico de pensamiento de izquierda, camino que decidió tomar a los 14 años, cuando estudiaba en el Liceo Guatemala.
Las imágenes con los comandantes de la guerrilla Ricardo  Ramírez, Jorge Soto, Ricardo Rosales y Rodrigo Asturias, sobresalen en la colección donde  también destaca la belleza de la combatiente Rogelia Cruz. Pero la guinda en la galería la pone un retrato pintado al carboncillo de Ernesto el Che Guevara. “Siempre fui y seré de izquierda”, sentencia.
Sus frecuentes viajes al extranjero, muchas veces empujado por el exilio, también brillan  en su residencia, en la zona 11, donde ha vivido durante los últimos 25 años. Cuenta con 313 esculturas y pinturas de caballos de todo tipo tamaños y  materiales. La primera la adquirió en el aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina, a finales de 1963.  
 “Se la traje a mi madre, pero después me di de cuenta de que es mi signo dentro del horóscopo chino, entonces compré dos de bronce y luego mis amigos y familiares me han regalado otras. A este animal lo admiro por su nobleza, tiene la capacidad  de sentir la ausencia de su amo, igual que  el perro. El ser humano, en cambio, es uno de los seres más deficientes de la Creación”, reflexiona.
Réplicas de casas, de aspecto rural, elaboradas con porcelana, arcilla y madera, igualmente, se admiran por todos lados,  algunas, incluso, las guarda como tesoros en las gavetas de sus muebles. Cada una tiene su historia y su  origen. Holanda, Alemania, Suiza y Noruega son algunos de los países de donde las ha traído.  
Cuando se refiere a una fotografía del exmandatario de la era revolucionaria, Jacobo Árbenz Guzmán, expresa: “¡Aquí está el presidente de la dignidad nacional!”.

¿Desde cuándo se identifica con la  izquierda?

A los 14 años definí mi ideología. En el Liceo Guatemala —pertenece a la promoción 1960—  un profesor, que luego lo  mataron, nos explicó que en el país conviven una  Guatemala rica y una pobre, y que había demasiado racismo y exclusión.  Por él entré a  la izquierda y con el Movimiento Amplio de Izquierda (Maíz) terminé mi�� acción política pública (2006), pero sigo siendo de izquierda.

¿Qué tanto se vinculó  con la guerrilla?

No es tiempo de decirlo, ya me ha causado muchos problemas eso, pero, honestamente, no fui combatiente.  Ideológicamente tuve  una posición muy clara, mejor que la de ellos, por cierto. Eso sí, estuve a punto de ser miembro de la comandancia de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
Esta es una prueba —muestra una fotografía  junto  a los cuatro comandantes guerrilleros y Jean  Arnault, quien dirigió la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala—.  Aquí  estamos después de haber firmado el Acuerdo Indígena y nos estamos riendo porque  Asturias, que  fue mi compañero en el Liceo, dijo:  ‘este es el momento en que Rosada Granados se incorpora a la comandancia de la URNG’.

¿Por qué este partido no despegó?

Porque nunca fue un proyecto político solo  fue un espacio de convergencia de tres grupos guerrilleros y un partido comunista —Partido Guatemalteco del Trabajo— y cada quien jaló por su lado y eso disminuyó mucho la  capacidad de desarrollo y de fortaleza que hubiera tenido el proyecto revolucionario. Yo pertenecí al proyecto, no a la URNG, de la que nunca hubiera recibido órdenes.

Pero  se  identificó con alguno de los grupos.

Se podría decir que tuve vínculos con el Movimiento 13 de Noviembre y con la gente de la Organización del Pueblo en Armas (Orpa), a la cual pertenecieron algunos de mis parientes que fueron combatientes, de hecho, a uno de mis primos lo capturaron y lo mataron.

¿Cuál ha sido  el momento más difícil de su vida?

Mmm… —reflexiona por algunos   segundos— He tenido varios  muy complicados. Uno fue cuando un joven combatiente del Movimiento 13 de Noviembre,  hijo de un buen amigo, me  consultó una actividad que pretendían llevar a cabo;    me di cuenta de que  era algo muy imbécil. Me reuní  con el grupo que iba a participar y les   advertí e insistí que no le veía pies ni cabeza a lo que querían  ejecutar, pero  no los convencí y al día siguiente mataron al grupo de seis o  siete.

En el exilio, ¿cómo le fue?

Desde 1962  salí  varias veces. Estuve en casi todos los países de América del Sur, así como en México, Costa Rica y algunos de Europa.
Cuando uno vive el destierro  trata de salir adelante, pero hay momentos muy duros. Lo más fuerte es no estar aquí —en el país—;  a mí me llegó uno en que ya no quería regresar  y ahorita  me pregunto ¿por qué  no me quedé? Fue por mi madre, por mis hijas…

Después de todo lo que ha vivido, ¿cuál es su visión del país?

En este momento lo capto casi igual que cuando comenzó el conflicto armado (1960).  Estoy seguro,  porque las causas  no resueltas que obligaron a la toma de las armas no han sido superadas,  están exactamente igual,  quizás más intensas. Solo con  ver la discriminación, el racismo y  la pobreza se podría decir que hay una  Guatemala pobre y una rica, una consciente y una inconsciente. No hemos sido capaces de generar un proceso que nos unifique y  que nos permita construir una nación

¿Cómo lograrlo?

 Somos un país pluriétnico, plurilingüe y multicultural, y lo negamos, no lo reconocemos. Una salida que nos permitiría visualizar la problemática sería conocer y  poner  en vigencia  el Acuerdo de  Identidad y Derecho de los Pueblos Indígenas. 

Después de tanto protagonismo en la vida política,  ¿a qué se dedica ahora?

A finales  del 2004  me hablaron unos compañeros del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) que  buscaban apoyo para   armar un frente de unidad de la izquierda, pero  ellos no querían mostrarse porque eran  identificados con la  izquierda armada. Acepté  y me puse a trabajar el proyecto   que  durante mucho tiempo funcionó como URNG-Maíz.
Como único requisito les propuse que no estaba dispuesto a participar en un  evento electoral, porque no creo en el sistema, ni en los partidos, debido a que  todo es mentira. Con esas instituciones, que en realidad no lo  son, el país no va a ningún lado.
Cuando ya habíamos aterrizado les anticipé que llegaría el momento electoral y con ello  el instante desagradable de escoger a los candidatos y nos íbamos a dividir, exactamente eso pasó.
Con el tiempo me di cuenta de que habían dicho que yo sería  el candidato —a la Presidencia—;  eso me distanció de  ellos, y siguieron con la candidatura de mi gran amigo Miguel el zurdo Sandoval.
Fue una experiencia que me ayudó a madurar ideas que traía desde antes: el país no va a ningún lado con este sistema político.

¿A qué se dedicó después de este proyecto político?

A  la investigación y redacción de informes sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el enfrentamiento armado interno, dentro de  la justicia transicional que reconstruye  la memoria  para que haya sentencia condenatoria  y luego  reparación, porque solo después de esto puede haber perdón y olvido. El primer informe lo redacté en el 2002.
También trabajo como consultor internacional en temas de seguridad, justicia y paz.
En el 2007 efectué una evaluación de los centros de justicia, y en el 2008 trabajé en la redacción de la Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad con el Foro Permanente de Partidos Políticos, la cual  fue un  fracaso, porque la  aprobaron en el Congreso de la República, pero después la desconocieron, nadie puso interés.

Perfil académico

– Doctor en Ciencias Sociales, especializado en Sociología Militar. Tesis: Soldados en el Poder. Universidad de Utrecht, Países Bajos. (1999)
– Maestría en Docencia Universitaria, Escuela de Historia, por la Universidad de San Carlos (1992).
– Licenciado en Antropología, por la Universidad de San Carlos (1984).
– Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, fue el primer politólogo graduado en Guatemala, por la Universidad Rafael Landívar (1979).
– Profesor de Enseñanza Media especializado en Estudios Sociales, por la Universidad del Valle (1973).
– Fue el primer negociador de la paz en Guatemala (1993-1996).

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