¿Desde cuándo se identifica con la izquierda?
A los 14 años definí mi ideología. En el Liceo Guatemala —pertenece a la promoción 1960— un profesor, que luego lo mataron, nos explicó que en el país conviven una Guatemala rica y una pobre, y que había demasiado racismo y exclusión. Por él entré a la izquierda y con el Movimiento Amplio de Izquierda (Maíz) terminé mi�� acción política pública (2006), pero sigo siendo de izquierda.
¿Qué tanto se vinculó con la guerrilla?
No es tiempo de decirlo, ya me ha causado muchos problemas eso, pero, honestamente, no fui combatiente. Ideológicamente tuve una posición muy clara, mejor que la de ellos, por cierto. Eso sí, estuve a punto de ser miembro de la comandancia de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
Esta es una prueba —muestra una fotografía junto a los cuatro comandantes guerrilleros y Jean Arnault, quien dirigió la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala—. Aquí estamos después de haber firmado el Acuerdo Indígena y nos estamos riendo porque Asturias, que fue mi compañero en el Liceo, dijo: ‘este es el momento en que Rosada Granados se incorpora a la comandancia de la URNG’.
¿Por qué este partido no despegó?
Porque nunca fue un proyecto político solo fue un espacio de convergencia de tres grupos guerrilleros y un partido comunista —Partido Guatemalteco del Trabajo— y cada quien jaló por su lado y eso disminuyó mucho la capacidad de desarrollo y de fortaleza que hubiera tenido el proyecto revolucionario. Yo pertenecí al proyecto, no a la URNG, de la que nunca hubiera recibido órdenes.
Pero se identificó con alguno de los grupos.
Se podría decir que tuve vínculos con el Movimiento 13 de Noviembre y con la gente de la Organización del Pueblo en Armas (Orpa), a la cual pertenecieron algunos de mis parientes que fueron combatientes, de hecho, a uno de mis primos lo capturaron y lo mataron.
¿Cuál ha sido el momento más difícil de su vida?
Mmm… —reflexiona por algunos segundos— He tenido varios muy complicados. Uno fue cuando un joven combatiente del Movimiento 13 de Noviembre, hijo de un buen amigo, me consultó una actividad que pretendían llevar a cabo; me di cuenta de que era algo muy imbécil. Me reuní con el grupo que iba a participar y les advertí e insistí que no le veía pies ni cabeza a lo que querían ejecutar, pero no los convencí y al día siguiente mataron al grupo de seis o siete.
En el exilio, ¿cómo le fue?
Desde 1962 salí varias veces. Estuve en casi todos los países de América del Sur, así como en México, Costa Rica y algunos de Europa.
Cuando uno vive el destierro trata de salir adelante, pero hay momentos muy duros. Lo más fuerte es no estar aquí —en el país—; a mí me llegó uno en que ya no quería regresar y ahorita me pregunto ¿por qué no me quedé? Fue por mi madre, por mis hijas…
Después de todo lo que ha vivido, ¿cuál es su visión del país?
En este momento lo capto casi igual que cuando comenzó el conflicto armado (1960). Estoy seguro, porque las causas no resueltas que obligaron a la toma de las armas no han sido superadas, están exactamente igual, quizás más intensas. Solo con ver la discriminación, el racismo y la pobreza se podría decir que hay una Guatemala pobre y una rica, una consciente y una inconsciente. No hemos sido capaces de generar un proceso que nos unifique y que nos permita construir una nación
¿Cómo lograrlo?
Somos un país pluriétnico, plurilingüe y multicultural, y lo negamos, no lo reconocemos. Una salida que nos permitiría visualizar la problemática sería conocer y poner en vigencia el Acuerdo de Identidad y Derecho de los Pueblos Indígenas.
Después de tanto protagonismo en la vida política, ¿a qué se dedica ahora?
A finales del 2004 me hablaron unos compañeros del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) que buscaban apoyo para armar un frente de unidad de la izquierda, pero ellos no querían mostrarse porque eran identificados con la izquierda armada. Acepté y me puse a trabajar el proyecto que durante mucho tiempo funcionó como URNG-Maíz.
Como único requisito les propuse que no estaba dispuesto a participar en un evento electoral, porque no creo en el sistema, ni en los partidos, debido a que todo es mentira. Con esas instituciones, que en realidad no lo son, el país no va a ningún lado.
Cuando ya habíamos aterrizado les anticipé que llegaría el momento electoral y con ello el instante desagradable de escoger a los candidatos y nos íbamos a dividir, exactamente eso pasó.
Con el tiempo me di cuenta de que habían dicho que yo sería el candidato —a la Presidencia—; eso me distanció de ellos, y siguieron con la candidatura de mi gran amigo Miguel el zurdo Sandoval.
Fue una experiencia que me ayudó a madurar ideas que traía desde antes: el país no va a ningún lado con este sistema político.
¿A qué se dedicó después de este proyecto político?
A la investigación y redacción de informes sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el enfrentamiento armado interno, dentro de la justicia transicional que reconstruye la memoria para que haya sentencia condenatoria y luego reparación, porque solo después de esto puede haber perdón y olvido. El primer informe lo redacté en el 2002.
También trabajo como consultor internacional en temas de seguridad, justicia y paz.
En el 2007 efectué una evaluación de los centros de justicia, y en el 2008 trabajé en la redacción de la Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad con el Foro Permanente de Partidos Políticos, la cual fue un fracaso, porque la aprobaron en el Congreso de la República, pero después la desconocieron, nadie puso interés.
Perfil académico
– Doctor en Ciencias Sociales, especializado en Sociología Militar. Tesis: Soldados en el Poder. Universidad de Utrecht, Países Bajos. (1999)
– Maestría en Docencia Universitaria, Escuela de Historia, por la Universidad de San Carlos (1992).
– Licenciado en Antropología, por la Universidad de San Carlos (1984).
– Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, fue el primer politólogo graduado en Guatemala, por la Universidad Rafael Landívar (1979).
– Profesor de Enseñanza Media especializado en Estudios Sociales, por la Universidad del Valle (1973).
– Fue el primer negociador de la paz en Guatemala (1993-1996).