Revista D

Cine: una tesis de terror que trasciende y cada vez es más premiada a nivel internacional

El cine de terror ha sido una de sus grandes pasiones y sus proyectos iniciaron con buen pie. Así es la vida de este joven creativo.

Romeo López Aldana es un joven cineasta apasionado por el género de terror y su carrera despega con buen pie.  (Foto Prensa Libre: cortesía Romeo López Aldana).

Romeo López Aldana es un joven cineasta apasionado por el género de terror y su carrera despega con buen pie. (Foto Prensa Libre: cortesía Romeo López Aldana).

El cortometraje Lo que ocultan las tinieblas era parte de su proyecto final de graduación. La cinta fue seleccionada en distintos festivales de cine internacional y ha ganado 15 premios en el mundo.

Romeo López Aldana es un joven director de fotografía, director y productor cinematográfico. Nació el 13 de agosto de 1996.

A sus 24 años es egresado de Casa Comal Escuela de Cine y TV, tiene un técnico en realización audiovisual, y de la Universidad Francisco Marroquín, con una licenciatura en cine, artes visuales y emprendimiento, de la cual también es catedrático.

En 2018 comenzó su proyecto de tesis para la universidad. Lo que ocultan las tinieblas se estrenó en 2019 como una propuesta de cine de terror y ha resultado ser un éxito: 11 minutos que transmiten espanto.

El cortometraje galardonado presenta un mundo en destrucción, donde una pareja que vive aislada, Mathías (José Mario Marsella) y Elena (Mirza García), perdió una hija y no ha tenido contacto con el exterior. De pronto llega una niña llamada Camila (Alexandra Flores), a quien no saben si dejar entrar o no, a lo que queda de su hogar.

López Aldana recibió apoyo de patrocinios y equipo, con más de 20 profesionales involucrados.

Para grabar la historia encontraron unas cabañas en Fraijanes, escogieron una de ellas y la transformaron para que pareciera abandonada.

Hasta la fecha, el corto ha sido seleccionado en más de 25 festivales alrededor del mundo, como Morbido Film Fest, Manchester Film Festival, Shorts México y el Festival Internacional de Cine Ícaro, entre otros. A la vez, obtuvo más de 15 premios por su dirección, fotografía y guion, en festivales de Tokio, Los Ángeles, Nueva York y Londres.
En esta entrevista comparte su trayectoria y los proyectos que están en proceso.

Según dice siempre ha sido un fan de las películas de terror. ¿Cómo vivía ese género en la niñez y adolescencia?

Me empezó a surgir la curiosidad del mundo del cine y empecé a ver diferentes películas durante mi niñez. Quería que en familia todos los fines de semana saliéramos a ver películas y era casi religioso salir juntos los sábados para esta experiencia.

A mi papá y a mi hermana les ha gustado el género de terror y quizá pueda ser hasta una tradición familiar a la que llevé a un nivel un poco más extremo.

¿Podría contarnos su paso por la universidad y cómo estos proyectos fueron creciendo?

Al graduarme del colegio estaba asustado y tenía miedo porque después de muchos años de estudiar, algunos adultos y maestros me pedían que replanteara mis metas de vida, pues no iba a lograr salir adelante como cineasta.

Al graduarnos salimos con la idea de necesitar un título para ser exitosos y el único lugar donde podía estudiar era una escuela de cine llamada Casa Comal. Había recibido algunos cursos y no dudaba de la calidad de estudio que podía recibir allí, pero la idea de no tener un título universitario me afectó en su momento, así que estudié Diseño gráfico en la Universidad Rafael Landívar mientras continuaba en Casa Comal.

Después del primer año de carrera se abrió la Facultad de Cine en la Universidad Francisco Marroquín, me inscribí pero seguía siempre en Casa Comal. Decidí continuar en ambas porque las dos tienen escuelas diferentes y recibía información complementaria. La primera es muy estadounidense y la segunda tenía una línea latinoamericana.

Romeo López Aldana se encuentra trabajando en su primer largometraje y otros proyectos futuros. (Foto Prensa Libre: cortesía Romeo López Aldana)..

Desde ese momento descubrí que quería ser director de fotografía de cine fantástico, y sigue siendo mi sueño especializarme en este campo. Pero, mientras estudiaba me fui topando con frustraciones, porque ya estaba avanzando y no había hecho nada de este tipo de cine porque nadie estaba dirigiendo este tipo de proyectos ni me estaban contratando para ello, así que empecé a dirigir mis propios proyectos.

Mi proyecto de tesis sería mi carta de presentación como director de fotografía. Lo que ocultan las tinieblas también me llevó a descubrir que me gustaba dirigir.
Actualmente estoy promoviendo Asfixia, que surge como proyecto final de Casa Comal.

¿Cómo se llega a participar en estos circuitos de cine?

En Guatemala, por lo regular, se sacan las obras, pero sin una estrategia real y se logra poco alcance. Una minoría está lográndolo, pero una gran parte todavía tiene problemas con la distribución.

Desde antes de grabar los proyectos empecé a investigar cómo hacerlo y se tomaron muchas decisiones para que Lo que ocultan las tinieblas se convirtiera en una puerta para generar más proyectos. Lo mandé a festivales y ha funcionado mejor de lo que esperaba. Ha estado en 25 y lleva 15 premios.

Usted es de la primera generación que se graduó en la UFM. ¿Cómo ha sido su vida desde entonces?

Uno está con el ánimo de apoyar en todo a la escuela y aportar. Durante la carrera nos dijeron que por ser parte de una primera promoción lo más importante que podíamos hacer para salir adelante era que nosotros personalmente creciéramos para reconocer que el proceso si funcionó.

El diferenciador más grande que tiene la UFM es el afán de querer enseñar el emprendimiento y los negocios dentro del cine. En lo personal a mí me llamó la atención esta área dentro de la industria del cine, y me ha llevado a esforzarme más.

En este año de pandemia todo se ha detenido para muchos. En su caso, ¿qué ha pasado?

Sé que no muchos han tenido esta suerte. La pandemia me ha traído mucho trabajo y oportunidades, así como tiempo de reflexión, análisis y aterrizar dudas en mi carrera.
La nueva producción Asfixia la grabé a comienzos de la pandemia y esos primeros meses me ayudaron a elaborar una posproducción más sólida.

Este trabajo fue estrenado en marzo pasado en el festival calificador para los premios Óscar, Cinequest Film Festival, en Silicon Valley.

La trama gira sobre un caso positivo de un nuevo virus y la protagonista, Sofía, se ve obligada a ponerse en cuarentena. Después de días de aislamiento e incertidumbre, comienza a caer en una espiral de paranoia.

De forma paralela a mis proyectos surgieron otros trabajos en los que grabamos con mascarilla, careta, lentes. Todos nos cuidamos y han sido experiencias curiosas. En los primeros rodajes existía ansiedad de cómo hacer el trabajo con distanciamiento y las nuevas normas. Debo mencionar que en toda la labor de estos cortos y proyectos destacó el trabajo en equipo. Muchas personas han apoyado bastante y es importante resaltarlo.

¿Cuáles son los planes actuales?

A corto plazo tengo Asfixia, que comenzará su caminar por festivales. Estamos trabajando el siguiente cortometraje, y por ahora nos hemos reunido con la guionista Marisa Farias y la idea es no detenernos.

También estamos en el proceso del primer largometraje, y en mi caso como director de fotografía.
A mediano plazo espero en los siguientes dos años salir de Guatemala a estudiar una maestría y regresar a seguir con este movimiento de cine centroamericano.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.