El público de Guatemala tendrá el honor de recibirlos y presenciar su arte. Su única presentación programada será el próximo 26 de agosto, en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.
Histórico
Este coro es uno de los más famosos del mundo. Su historia empieza el 7 de julio de 1498, cuando el emperador Maximiliano I de Austria fundó la orquesta de la Corte, con 12 voces blancas, para realzar los oficios religiosos de la Capilla Imperial del Palacio Real de Hofburg.
Entre su repertorio están las composiciones de maestros como Christoph Gluck, Wolfgang Amadeus Mozart, Franz Joseph Haydn, Anton Bruckner y Franz Schubert —este último, de hecho, fue un niño cantor—. “En los últimos 10 años se ha adoptado música de diferentes culturas, pero siempre mantenemos un esquema”, refiere vía telefónica Gerald Wirth, director artístico del grupo.
Este coro, no obstante, también ha pasado por reveses; el más duro, quizá, fue en 1920, cuando fue desintegrado tras el fin de la casa de los Habsburgo-Lorena, en 1918. Pero Joseph Schnitt, quien fue capellán de la Casa Imperial, con la ayuda de otros compañeros, reorganizó el grupo en 1924, en régimen de internado, para asegurar el aprendizaje musical. Para sobrevivir se hicieron presentaciones más grandes fuera de la Capilla Imperial.
El éxito se dio de inmediato, por lo que se crearon tres coros más, de 24 cantores cada uno. Ahora, aparte de cumplir con sus funciones en las ceremonias religiosas del Palacio de Hufsburg, se han convertido en embajadores de Austria en sus giras mundiales, siempre con una presentación impecable, no solo por la calidad de sus voces, sino también por su característica vestimenta blanca o azul marino.
Cuatro coros
Los nombres de los cuatro coros de los Niños Cantores de Viena son Bruckner, Schubert, Haydn y Mozart. El que se presentará en Guatemala es Schubert.
Los integrantes del coro tienen de 10 a 14 años de edad.
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Entrevista
“Los niños necesitan tener una voz privilegiada”
Conversación con Gerald Wirth, director artístico de los Niños Cantores de Viena, quien responde vía telefónica desde Austria.
¿Cómo se le dio la oportunidad de trabajar con este coro, uno de los más importantes del planeta?
Mi infancia fue maravillosa, pues fui uno de sus integrantes. Estudié oboe, piano y voz antes de convertirme en uno de los directores más jóvenes de esta agrupación.
¿Cuáles son los requisitos para ser parte del coro?
Tener amor por la música y pasión para empaparse en esta manera del arte. Por supuesto, los niños necesitan tener una voz privilegiada, así como un sentido rítmico innato.
¿Cree que la música clásica ha perdido terreno en detrimento de los géneros actuales?
Eso mismo le pregunté a mi director cuando yo era niño. Sin embargo, creo que inevitablemente la gente es llamada a prestarle atención a la música clásica, sobre todo cuando es interpretada de manera correcta. De todas formas, considero que este tipo de música sobrevivirá siempre.
¿Considera que la música impacta en la personalidad de los niños?
Claro, y no solo en ellos, sino en todos. La música contribuye a tener una mente más abierta y crea individuos más equilibrados.
En agosto está programada una presentación en Guatemala. ¿Qué sabe de nuestro país?
A los austriacos nos gusta mucho Guatemala. De hecho, los niños siempre se muestran fascinados cuando visitan naciones de América, ya que son culturas muy distintas a las europeas.