Revista D

San Pedro La Laguna huye del plástico

En este poblado de Sololá, los esfuerzos por preservar el ambiente van más allá de publicar un acuerdo que prohíbe las bolsas plásticas.

La mayoría de los residuos que se acumulan son bolsas plásticas, pajillas y utensilios de duroport. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

La mayoría de los residuos que se acumulan son bolsas plásticas, pajillas y utensilios de duroport. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

Los medios locales e internacionales volcaron su atención en San Pedro La Laguna, Sololá, en septiembre del año pasado, cuando un acuerdo municipal prohibió el uso de bolsas y pajillas plásticas y de los recipientes de poliestireno expandido (duroport).
Hubo quienes consideraron extrema la decisión, mientras otros argumentaron que los focos de contaminación que se debieron atender eran otros.
No obstante, la municipalidad y el Consejo Comunitario de Desarrollo  (Cocode), tuvieron una razón de peso: el vertedero de desechos de  la localidad, proyectado para una vida funcional de una década, estaba llegando al 60 por ciento  a apenas un año de haber empezado su funcionamiento.
 

Necesario

“La mayoría de los residuos que se acumulan son bolsas plásticas, pajillas y utensilios de duroport. Por eso se emitió el acuerdo prohibiéndolos. Era necesario tomar una medida inmediata y esta fue acertada y bienvenida por la mayoría de la población”, indica Mauricio Méndez, alcalde.
José Israel Pop, integrante del Cocode, comenta que no fue una decisión unilateral ni precipitada pues fue consensuada con la administración edil.
“Hubo una campaña de información de puerta en puerta en todo el pueblo explicando las razones de la medida. Considero que apenas un cinco por ciento se resiste al cambio”, dice el presidente de Tzanjay, uno de los cuatro cantones en los que se divide San Pedro La Laguna. Por cada uno hay un presidente del Consejo Comunitario. Los otros cantones representados  son Pacuchá, Chuasanahí y Chuacanté.
“En octubre, antes de publicarse en el Diario de Centro América, un equipo de promotores visitó los centros educativos y los diferentes templos de San Pedro para involucrar a toda la población”, agrega Méndez.
 

Cultura ecológica

La prohibición de los materiales se complementa con otras acciones. “La prensa internacional y la del país se interesó  por la iniciativa, y nos catalogaron en sus notas como el primer municipio ecológico del Lago de Atitlán. Más que un título es un compromiso y mantenerlo no será tarea fácil”, refiere el alcalde. Cuenta que además del Cocode hay más instituciones amigas que acompañan los proyectos que buscan reducir el impacto de la contaminación, como la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán y su Entorno (Amsclae), el  Concejo Municipal de Desarrollo (Comude) y ProAtitlán, con las cuales, desde hace algunos años, se gesta una cultura ecológica que ve sus frutos en la aceptación del Acuerdo Municipal 111-2016.
 

Aceptación

Una vendedora de carnes, que  pidió ser identificada solo por Carmen, cuenta que desde hace ocho años trabaja en el mercado. Agrega que al cobrar vigencia el acuerdo pidió a sus clientes que llevaran su  recipiente para despachar el producto.
“Todos comprendieron y no tuve problemas  en mi negocio. La medida ayuda a la ecología, al lago y también a mi bolsillo, porque he dejado de comprar bolsas de plástico”, indica. Otros vendedores la han emulado, algunos usan bolsas de papel y están los que prefieren hojas de plátano.
La multa para los comercios que no acaten la orden es de Q15 mil, y Q300 para los compradores. Hasta diciembre, en la parte turística, pocos eran los locales que aún contaban con este tipo de productos. Los restaurantes, por ejemplo, han empezado a servir las bebidas sin pajilla.
“Es un cambio extremo, los  visitantes  al no tener cómo llevar su comida optan por no consumir. No todos comprenden la prohibición, hay que informar más a los turistas”, dice el propietario de un negocio ubicado cerca del embarcadero, que prefiere el anonimato.
 

Otras medidas

“Al habilitarse el vertedero se trabajó intensamente en la eliminación de 33 basureros clandestinos”, indica Lourdes Rocché, de Servicios Públicos de la municipalidad. Agrega que “la ruta del pueblo a la planta luce ahora mucho más limpia, con menos focos de contaminación”.
“Las rutas de extracción de basura se reorganizaron. Ahora los cuatro cantones están atendidos de mejor manera y cada semana hay días asignados para recolectar los desechos, en atención al uso que se le puede dar. Son llevados a la planta ubicada en la parte alta del pueblo”, dice Félix González, director de la Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos Tikb?al Yaa?.
González comenta que el trabajo de clasificación se facilita gracias a la separación que desde el hogar hacen los habitantes de San Pedro. “Saben que en determinados días únicamente recogemos materia orgánica y, en los otros, lo inorgánico inerte y lo que  se puede reciclar”. En este centro, el área donde se deposita la basura, está cubierta con una geomembrana y un material geotextil para proteger la tierra.
 

Optimización

Con el desecho natural producen abono que venden por costales. El plástico y el vidrio lo separan en atención al material y el color, está disponible para las empresas que lo reciclan o usan para fabricar nuevos productos, igual destino tiene el cartón.
Con lo inorgánico inerte, es decir, la basura que no se puede destinar para un nuevo uso humano, se cubre el vertedero. Esto se hace por capas, al tapar cada una con tierra se evita la contaminación del suelo y la atmósfera. Se controla la emanación de gases con respiraderos y, después de cierto tiempo que el residuo está expuesto a la intemperie, es adquirido por una firma nacional que lo usa como combustible alterno para procesos industriales, como la fabricación de cemento.
 

Orgullosos

“Estamos contentos con los resultados y nuestra intención es que la menor cantidad de basura se quede en el vertedero. No se trata solo de hallar la forma de reciclarla o venderla, también de cómo dejar de producirla. Hay que cambiar el concepto que se ha manejado de salvar el medioambiente conceptualizándolo como algo ajeno, a quienes debemos salvar es a nosotros, somos el último recurso que le queda al planeta”, señala el alcalde Méndez.
Una siguiente medida que espera pueda implementar es la habilitación al máximo de su capacidad de un lavadero municipal que ahora está al 60 por ciento de su uso. Tiene la peculiaridad de que cuenta con biodigestores para que el agua contamine lo menos posible el manto friático. Otro plan, cuenta, es la construcción de colectores para las aguas servidas.
 

Oposición

La Gremial de Fabricantes de Artículos  Plásticos de la Cámara de Industria, la Comisión de Plástico de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport)  y la Asociación de Productos Plásticos discrepan con el Acuerdo Municipal 11-2016, aluden que es muy ambiguo y por ello, en diciembre, presentaron un recurso de inconstitucionalidad. La Municipalidad de San Pedro La Laguna sigue firme en su disposición.
 

Proyecto de ley

En el Congreso de la República, en noviembre, el partido Todos presentó una iniciativa para racionar el uso de las bolsas plásticas  e impulsar su sustitución por las fabricadas con materiales biodegradables. Si se aprueba, esta ley daría un período de cuatro años para dejar de usar las bolsas de plástico e impondría multas de Q10 mil hasta Q35 mil.

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