Fe e historia
Al llegar a la plaza principal llama la atención su iglesia colonial pintada de blanco y columnas amarillas. A la par, una fuente bien conservada que muestra ochos caras que representan a los españoles y una corona al Rey; de las bocas de estas figuras brota agua a borbotones.
Su nombre es una combinación de fe e historia: Santa Catarina, en honor a Catalina de Alejandría, virgen y mártir cristiana, que también es conocida en el mundo católico como “patrona de los estudiantes”.
Barahona, por el apellido de su fundador. Las referencias históricas documentan que el pueblo fue creado por Sancho de Barahona, uno de los capitanes de don Pedro de Alvarado, entre los años 1530 y 1540, de acuerdo con un documento de la Municipalidad.
Larga tradición
El tejido es una habilidad que conservan muchas de las mujeres cakchiqueles en esa localidad. Catalina Gómez es una de ellas. Teje y vende sus productos en el mercado de artesanías. Cuenta que tejer una faja le lleva un mes, por lo que estima que podrá venderla en Q500.
La fiesta patronal finalizó el 25 de noviembre y la cofradía a cargo de la Virgen Santa Catalina recibió una réplica que tendrá a su cuidado durante un año.
Ese día, un grupo de músicos amenizó, en la casa del presidente de la cofradía José Isaías López, la presencia de las imágenes. Santa Catarina Barahona tiene fama de “ser tierra de músicos”.
“Vamos a seguir la tradición hasta donde Dios nos preste la vida”, afirma López, mientras muestra una habitación decorada con abundantes flores y un altar donde se pueden observar las imágenes de Santa Catalina a la izquierda y la Virgen María a la derecha.
Abundante agua
Una de las tradiciones orales del municipio se refiere al Guardián de los manantiales, una serpiente de tres cabezas que cuida los 16 nacimientos de agua de la comunidad.
El vital líquido abunda tanto en este municipio que los vecinos pagan Q0.50 al mes por este servicio, revela Salvador Tol, secretario municipal.
Para la Municipalidad este bien se ha convertido en su principal fuente de ingresos, pues también abastece a los vecinos de San Antonio Aguas Calientes.
Su abundancia es tal, que las autoridades ediles han aprovechado los nacimientos de agua para construir dos centros recreativos con piscinas. Uno de ellos es el balneario Pasiguán —Entre cerros— el cual se encuentra un poco alejado del poblado y sin mucha señalización.
El otro es el centro recreativo Las Cascadas, el cual ofrece el servicio de piscinas de diferentes tamaños y ranchos con espacio para cocinar.
En su etapa final de construcción se encuentra el parque El Mirador, también a cargo de la comuna, desde el cual se observa el Volcán de Agua y los poblados vecinos. Rolando López, concejal municipal, comenta que en este sitio también planean habilitar un restaurante, un museo y una fuente. Para llegar a este lugar se debe tener una buena condición física, pues hay que ascender 275 gradas.