De 1924 hasta 1980, el quetzal tenía más valor que el dólar. Al ir a un banco o a una tienda, por un quetzal entregaban 99 centavos de dólar. En la primera mitad de 1980 fue el primer golpe en la población, al perderse la paridad del quetzal con el dólar, que venía desde 1924, cuando se creó el quetzal como moneda nacional. En ese entonces opiné que el cambio podía llegar hasta Q8 por un dólar, por lo cual recibí camorra de las autoridades monetarias y políticas del país. Sin embargo, sí llegó a 8.03 en algún momento, y empezó un proceso de ordenamiento cambiario.
En 2014, el tipo de cambio al 31 de diciembre fue de 7.60, y en el mismo mes de 2015, de 7.63. Hoy está en 7.35, o menos.
Hace 70 años.
La Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos mide el ingreso y egreso de dólares en Guatemala. Se empezó a contabilizar en 1946, siendo ese año negativa, o sea que salieron más dólares que los que entraron.
El único año en que hubo superávit, es decir mayor ingreso de dólares que los que salieron, fue 1947. Y en 2017, el año que corre, será la primera vez en 70 años que se tendrá un superávit en el ingreso de dólares, debido principalmente a la tendencia de las remesas familiares, siempre y cuando la política migratoria que aprobó el presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, no dañe a Guatemala.
Dólares cubren 89% del medio circulante.
La acumulación de reservas monetarias internacionales, que alcanza la cifra astronómica para Guatemala de 9,200 millones de dólares, convertidos a quetzales —Q68,205 millones—, cubren el 89 por ciento del medio circulante en moneda nacional, que se integra por los billetes, monedas y depósitos monetarios. Esto es notable y son indicadores que no se alcanzaban desde la época del presidente Ubico (1939-1944), en que ese indicador superaba ampliamente el 100 por ciento.
Con los datos anteriores se ve que el Banco de Guatemala (Banguat) tiene mucha capacidad de respuesta para que el tipo de cambio no se vuelva loco y tenga oscilaciones exageradas. El Banguat hace operaciones como compra y venta de dólares, para evitar tales oscilaciones.
El único problema del Banguat consiste en que, para hacer todas esas operaciones monetarias y bancarias, pierde dinero, en cifras aproximadas de Q1 mil millones por año, durante la última década. Sin embargo, de 1984 a 2017, durante 33 años, las pérdidas llegan a Q24,841 millones —aproximadamente US$3,365 millones, a un cambio estimado de 7.38 por dólar—. De acuerdo con la Ley Orgánica del Banco de Guatemala, ese monto debería ser reintegrado por el Ministerio de Finanzas, inclusive con un bono, lo cual no se ha hecho.
Lo anterior es lo que se conoce como déficit cuasifiscal. Lo que ha ocurrido es que esos Q1 mil millones anuales se incluyen en el presupuesto del Estado, pero por las transferencias internas se han desviado a otros fines, dependiendo del interés del gobierno de turno. Durante los últimos años, esos gastos se destinaron a fines sociales y luego se fueron transfiriendo a otras operaciones. El presupuesto del año pasado de 2016 le quedó la tentación de usarlo al Ministerio de Finanzas.
Así que el Banguat tiene tiempo por delante para seguir espadeando hasta que el déficit cuasifiscal se vuelva insostenible. Por de pronto no se prevé sobresaltos.
josemolina@live.com