Esta semana los miembros del Directorio decidieron hacer modificaciones a la convocatoria y dar por aceptado a tres aspirantes que participaron en el primer llamado, pero de los cuales solo uno paso el filtro.
La jefatura de la SAT se encuentra vacante, luego de la destitución de Omar Franco como superintendente, quien es señalado por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig) de su presunta participación en una red que defraudo al fisco.
“El no contar con una persona que mantenga la dirección en el ente recaudador es una señal de que la entidad continúa débil”, aseguró Juan Carlos Paredes, experto en tributos.
Para Genecio Cuéllar, analista económico, el haber superado la crisis política a escala del ejecutivo se marca un paso para que se resuelva la distorsión en el ente recaudor.
Ambos especialistas expusieron que las mayores consecuencias de la falta de un nombramiento será para el próximo gobierno, que asuma en enero.
Otro aspecto que consideraron los consultados es que de los profesionales no tienen interés en participar en la elección por el tiempo que queda, así como el cambio de Gobierno y el desgaste de la institución. De manera interina la jefatura de la SAT es dirigida por Francisco Rivera Escobar.