Vida

No son tan babosas

Reino animal: A diferencia de los caracoles, estos moluscos terrestres carecen de una concha dorsal

Porque a pesar de su tamaño y lentitud, estos animales provocan, con tan sólo verlos, tremendo susto o gesto de repulsión.

Además, donde su presencia viscosa es más alarmante aún, es en los campos de cultivo, ya que al alimentarse del follaje, vainas y frutos de las plantas, se convierten en una verdadera plaga.

En Guatemala, por ejemplo, han causado serios daños en las siembras de frijol y café. Del primero se comen los brotes tiernos y las hojas, mientras que del segundo las partes aéreas y los frutos.

En Honduras y Costa Rica han afectado plantaciones de fresa, menta, lechuga, papas y otras hortalizas, explica Arturo García Salas, laboratorista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos.

También se tienen reportes de que las babosas son hospederos intermedios de parásitos humanos como el nemátodo Angiostrongylus costaricensis, que produce la enfermedad abdominal conocida como angiostrongiliasis.

Los ancestros

Es posible que sus ancestros vivieran en hábitat marinos poco profundos y sujetos a reducciones periódicas del nivel agua. Por esta razón perdieron las branquias, y la parte de su cuerpo conocida como cavidad paleal, se transformó en un pulmón para permitir el intercambio gaseoso aéreo.

Las anteriores condiciones son similares a las que se suponen relacionadas con el origen de los anfibios, indica el libro Zoología de los invertebrados, sexta edición, editorial McGraw-Hill Interamericana.

El cuerpo de las babosas se ha adaptado para la locomoción sobre distintos tipos de suelos y el ?pie? plano con forma de suela reptante (que se arrastra), típico de la clase gastrópoda a la que pertenecen, posee una glándula productora de una sustancia mucosa sobre la que se desplaza con facilidad.

El doctor Michael Dix, investigador y catedrático del Departamento de Biología de la Universidad del Valle, señala que ese moco les sirve además para conservar la humedad y como sistema de defensa contra algunos depredadores como las hormigas.

Hábitos de vida

Por lo general, estos seres son de hábitos nocturnos y aunque prefieren lugares húmedos y de poca luz, es posible encontrarlos en troncos podridos, hojarasca, vegetación viva o el suelo mismo.

Según indica Dix, la población es más abundante después de la lluvia y para saber si existen ejemplares en un jardín, lo más recomendable es buscarlos durante la noche, iluminando el terreno con ayuda de una linterna.

Respecto a la forma de reproducción, el libro Zoología de los invertebrados indica que son hermafroditas y aunque en ocasiones el órgano reproductor conocido como ovotestis no fabrica espermatozoides y óvulos en forma simultánea, las babosas pueden llevar a cabo una cópula con transferencia mutua de esperma.

Esta última va precedida por un cortejo durante el que los individuos se desplazan en círculo, se palpan con la boca y los tentáculos y entrelazan sus cuerpos.

Clasificación

Las babosas (Phyllum mollusca), pertenecen al subreino metazoa, clase gastrópoda y orden pulmonata.

Las familias Limacidae (géneros Limax y Deroceras) y Veronicellidae (género Sarasinula) son las que causan problemas en la agricultura.

Los huevecillos que ponen las babosas revientan en 24 ó 30 días, pero en condiciones secas pueden hacerlo hasta seis meses después.

Más detalles

Después de alcanzar el estado adulto, estos moluscos terrestres pueden vivir de 12 a 18 meses. El tamaño varía de tres a cuatro centímetros cuando están en reposo y alcanza siete centímetros cuando se encuentran activos.

El color gris terroso de su cuerpo puede oscurecer o palidecer según los movimientos de expansión o contracción que efectúen para deslizarse. Aunque despacio, recorren largas distancias en busca de alimento.

Trampa casera

Aunque popularmente se acostumbra eliminarlas echándoles sal, esta práctica no es recomendable para las siembras porque se requeriría buscar babosa por babosa y utilizar grandes cantidades del mineral; a la vez, esto produciría la salinización de la tierra.

Por eso, una de las formas de combatirlas en el campo es con cebos tóxicos preparados a base de afrecho, melaza, metaldehido y agua, que se mezclan y esparcen en los sitios donde se encuentre la plaga.

En casa lo más aconsejable sería la eliminación o limpieza de los escondites húmedos, como detrás de las pilas o piedras. Sin embargo, en el jardín puede utilizar una botella sin agua seccionada por el medio, en la cual deposite granulados de metaldehido (alcohol de madera mezclado con salvado de trigo) para atraerlas al igual que a los caracoles.

Al entrar en el recipiente y no poder salir, ambas especies mueren.

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