“La guerra es violenta. Todo es realmente realista”, explicó en una entrevista el director David Ayer, quien aseguró que muchas escenas están basadas en informes militares redactados tras los combates.
Imagen del filme Fury que se estrenó este fin de semana en Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: AP)
“La triste realidad es que los soldados estadounidenses ejecutaron a muchos prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Fue como una epidemia“, agregó.
La cinta, que se estrenó este viernes en Estados Unidos, sigue a los cinco miembros de un tanque Sherman conducido por Brad Pitt, que da vida al experimentado sargento Wardaddy.
El grupo logra infiltrarse en las filas enemigas durante los últimos días de la guerra en 1945 en Alemania.
Pitt ya se metió en los estragos de esa guerra interpretando a un nazi sin escrúpulos en la película de Quentin Tarantino Bastardos sin gloria (2009). En esta ocasión, Fury también tiene una buena dosis de sangrientas muertes de oficiales de la SS.
El baño de sangre comienza en la primera escena, cuando el personaje de Pitt apuñala a un alemán en el ojo, instantes antes de iniciar una ejecución sumaria que pone a prueba al joven del grupo, Bible, encarnado por Shia LaBeouf.
“La película cuenta los efectos tóxicos de la guerra y las consecuencias que tiene en esta familia de hombres que intentan sobrevivir”, apuntó Ayer. El director subrayó que la Historia tiende a olvidar el salvajismo y ferocidad de los aliados que ganaron a los nazis.
“Como la Segunda Guerra Mundial fue la victoria de los buenos sobre los malos, y porque la liberación de Europa fue algo tan positivo, existe la idea de que los combates fueron más limpios”, dijo Ayer.