De personalidad callada y reservada, obtuvo su primera cámara a los 20 años de parte de su padrino de bautizo llamado Javier Linares, el cual, a sus 86 años tiene en palabras de López un “estudio parado en el tiempo” en la 15 avenida de la zona 1 donde se especializa en hacer fotografías de retrato.
Ahora, con 51 años, López recuerda que en ese momento no pensó que la fotografía iba a convertirse en parte importante de su vida y que le permitiría no solo viajar por varias partes del mundo, sino plasmar en sus fotos la alegría de cualquier matrimonio recién consagrado, ya sea desde la risa más ruidosa hasta el llanto más emocional.
Actualmente, López Ayerdi es considerado “el propulsor de la fotografía documental de boda en Guatemala” además de especializarse en otros campos como la fotografía de estructuras, hotelería, comida, y el más reciente, la documentación de la cultura guatemalteca y sus lugares más emblemáticos.
¿Por qué te dicen “el propulsor de a fotografía documental de bodas de Guatemala?
Cuando inicié, la fotografía de bodas en Guatemala era “clásica”, la novia volteaba para atrás, El vestido volando, ella cerca de un lago. Parecía que se limitaban los fotógrafos unos a otros y no había mucha creatividad.
Por ejemplo, nunca se veía a una novia llorar, siempre era feliz, cuando ver a una novia y algún otro miembro de su familia llorando no lo veo como algo que transmita lástima, sino mucha emoción.
Entonces, yo empecé a sacar fotografías que no se atrevían a sacar en esa época. Una novia llena de lágrimas, una monja bebiendo, un niño que estaba en la boda con cuernos de diablo. Son fotos documentales, y que en su momento no se consideraban como artísticas, ya sea por vergüenza o por miedo a la crítica.
Eran fotos atrevidas, entonces eso empezó a ser una tendencia en Guatemala, porque usaba las redes sociales que había en ese momento para enseñar el material.
Otro ejemplo era que no iba de traje a las bodas, tenía que marcar la diferencia entonces me empecé a vestir de negro para que la gente me ubicara con mayor facilidad.
Quería documentar la boda, evidenciar qué estaba pasando Y mostrárselo a la gente, enseñar otra cara de esa celebración, porque tengo fotos de novias que tienen el vestido lleno de lodo, pero con una gran sonrisa que muestra la alegría de ese momento.
¿Qué es lo que buscas al momento de tomar una fotografía?
Siempre busco nuevos horizontes y retos. He tomado fotos de comida, infraestructura y hoteles cuando no tenía idea de cómo hacerlo.
Considero que si uno se pone retos y uno anda buscando algo nuevo y tiene la emoción, las cosas saldrán bien. Tú me puedes decir “Carlos, tómame una foto”, y eso significa un reto para mí; me pondré nervioso, pero en el fondo sé que eso es algo bueno.
Mientras uno mantenga los nervios, la ilusión y el deseo, se sentirá vivo y las cosas saldrán bien. En mi caso, yo busco la experiencia, independientemente si me pagan o no.
No sé si está bien decirlo, pero en mi trabajo estoy documentando a personas que, eventualmente morirán, y si alguien me contrata para tomar fotos de una boda, me concentraré en esa persona junto a sus seres amados, porque un día esas fotografías las valorará, y se dará cuenta del amor y el afecto que había en ese momento.
¿Planifica sus sesiones o tiene alguna especie de rutina antes o después de las sesiones?
Yo cuando tomo fotografías no tengo nada preparado. El noventa por ciento de los eventos que yo tengo de bodas no conozco a los novios, nunca los he visto porque no quiero generar una conexión con ellos, sino estar apartado y que ellos sean los protagonistas.
Soy de la idea de que mientras menos preparado tengas una cosa, creo que mejor va a salir, Porque todo va a ser una sorpresa.
Porque si ya preparas y la novia te dice, quiero esta foto, quiero esta foto y todo está planificado, pues ya todo está hecho, no hay sorpresa.
Yo ahorita estoy haciendo unas sesiones llamadas “Sesiones Flash” y consisten en que voy y hago pruebas. No hay nada hecho ni construido.
¿Cómo se originó la idea de hacer el libro fotográfico sobre el toque de queda en Guatemala?
Viene la pandemia, el toque de queda y lo primero que se cancelan son los eventos de boda, Estoy casado con una persona que organiza eventos, entonces surgió la pregunta: ¿Qué haremos?
Decidimos ahorrar y cambiarnos del lugar donde vivíamos. En ello, mientras los toques de queda estaban vigentes, me entra el pensamiento de querer documentar La ciudad de Guatemala durante ese periodo.
Tenía la oportunidad, ya que contaba con un carné de periodista que me brindó un medio de comunicación. En un principio empecé a documentar la ciudad de Guatemala, a mostrar cómo la ciudad se quedaba desierta. E ahí le dije a mi esposa que iba a documentar Antigua, luego Xela y cuando me di cuenta, debía documentar toda Guatemala durante el toque de queda.
Surgieron dudas, ya que mi esposa me preguntó cómo se iba a financiar el proyecto, a lo que le dije que tenía mis ahorros con lo cual iba a sustentarlo, además estaba el temor del covid-19 y el riesgo que suponía.
Digo esto de la forma más humilde posible, pero este libro de esta temática no lo tiene ningún país del mundo. Un libro que documente todo un país en toque de queda, hecho por una sola persona. Siento que es un producto único.
¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas de esa experiencia?
Espero que esa situación no vuelva a ocurrir, ya que mucha gente sufrió de varias formas.
Sin embargo, esta experiencia me hizo darme cuenta de que las oportunidades son únicas y hay que agarrarlas en ese momento.
Yo leí que el parque Nacional Tikal tenía cuatro meses sin visitas de turista, pregunte al Ministerio de Relaciones Exteriores, que me preguntaron si podían usar mis videos del toque de queda, para ver si había posibilidad de ir al Parque.
Al día siguiente, el Ministerio de Cultura y Deportes me contactó y me autorizó ser la primera persona en entrar al parque.
Tienes que tocar puertas, el “no” ya lo tiene uno ganado, por lo que pelea para obtener el “si”.
¿Cómo se complementa tu trabajo con el de las redes sociales?
Las redes sociales es un medio que, si realmente quieres vivir de lo que sea debes tenerlas sí o sí porque sino no podrás darte a conocer.
Las redes sociales es el complemento perfecto para mi trabajo. Un ejemplo fue cuando hace poco fui a Nueva York con mi esposa y compartí un video de un lugar donde venden telas para diseñadores.
Normalmente gano uno o dos seguidores al día. Gracias a ese video obtuve 12 mil seguidores en cuatro días. Y realmente así funcionan las redes, por lo que mi objetivo es siempre exponer lo que hago.
¿Cómo ve el panorama actual de que cualquiera puede sacar fotografías desde el teléfono celular?
Cualquiera puede tener una cámara, pero la cámara no te hace. Cuando dicen “no es la cámara, es el fotógrafo”, siento que es verdad.
Si tú tienes el conocimiento, la creatividad y las herramientas, definitivamente vas a lograr cosas.
Viendo su vida en retrospectiva, ¿Qué saca de su experiencia y qué puede decirle a quienes incursionan en lo que más les apasiona?
Creo que lo que tenemos que buscar es trabajar o desarrollarnos en lo que nos gusta, porque cuando eso pasa, uno encuentra algo más importante, que es la plenitud, cosa que también uno obtiene tras pasar diferentes experiencias que vive en la vida.
Cualquier persona que está iniciando algo, sobre todo los jóvenes que comienzan proyectos interesantes, lo que les puedo decir es que tengan paciencia, porque el éxito llegará cuando tenga que llegar, antes o después, de joven o un poco mayor.
Pero cuando llegue ese momento, también hay que saber cómo manejarlo.