Lea también: El cigarrillo electrónico es un dispositivo tóxico
“Las tasas varían considerablemente de una marca a otra e incluso para una misma marca, de una muestra a otra”, destacaron los investigadores, que midieron las concentraciones de esas diferentes sustancias en cinco marcas (no citadas) de cigarrillos electrónicos.
“En una de las marcas analizadas, el equipo investigador encontró un nivel de formaldehído que llegó hasta 10 veces más que el contenido en un cigarrillo tradicional”, explicó el científico Naoki Kunugita, quien dirigió este estudio.
No obstante, la tasa de formaldehído no es constante, varía durante la experiencia y aumenta particularmente en caso de sobrecalentamiento del hilo resistivo integrado, precisó. Los tests fueron realizados con una máquina que en cada oportunidad lleva a cabo una serie idéntica de 15 aspiraciones, en 10 oportunidades, con el mismo cartucho, con pausas.
Lea también: Aumentan riesgos de cigarrillos electrónicos
Este informe del Instituto Nacional de Salud Pública fue entregado el jueves al Ministerio japonés de Salud, que se pregunta, al igual que sus equivalentes en otros países, en qué medida es necesario regular el uso de los cigarrillos electrónicos sin nicotina que utilizan líquidos perfumados.
En agosto pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los gobiernos que prohibieran la venta de cigarrillos electrónicos a los menores de edad, al advertir que los mismos plantean una “seria amenaza” para los bebés que todavía no han nacido y para los jóvenes.
A pesar de que se han realizado pocas investigaciones sobre sus efectos, la OMS dijo que había suficientes pruebas “para advertir a los niños y los adolescentes, las mujeres embarazadas y las mujeres en edad de reproducirse” sobre la utilización de los cigarrillos electrónicos, debido a la exposición potencial para los fetos y los adolescentes de la exposición a la nicotina (que tiene) consecuencias a largo plazo para el desarrollo cerebral.
La OMS también afirmó que los cigarrillos electrónicos deberían ser prohibidos en los espacios públicos cerrados. Hace algunos meses, las autoridades sanitarias estadounidenses afirmaron que el número de jóvenes que han probado los cigarrillos electrónicos se triplicó entre el 2011 y el 2013.
Lea también: Los e-cigarrillos pueden propiciar la adicción a drogas