Este Día de la Amistad debe empezar ahora para abrir los corazones que laten por el amor de una madre, de un padre, de un hijo, de un abuelo, de un hermano, de un amigo, o de un romántico sentimiento que lo une al ser amado. Emociones que nos inducen a sentir que la vida está hecha de cosas —buenas, bellas y hermosas—. Pero también es una buena oportunidad para acabar con contiendas producidas por falta de amor, por odios y ambiciones; además de actitudes negativas que enferman, como la falta de perdón, cavilando siempre sobre pasadas injusticias sufridas.
De un autor desconocido recuerdo estos versos: “Elige amar en lugar de odiar, elige reír en lugar de llorar, elige crear en lugar de destruir, elige alabar en lugar de criticar, elige bendecir en lugar de blasfemar”. Si pudiéramos siempre elegir entre el bien y el mal, ¡qué diferente sería la vida! Dios nos ha dado nuestro libre albedrío, “¿por qué entonces no acudimos a él en nuestras decisiones sentimentales y personales?”. Lo que pasa es que debemos saber elegir con sabiduría, que es un don de Dios.
Qué bien que aquél sacerdote bueno de la leyenda de San Valentín sirvió de inspiración para disfrutar de un día especial que rinde culto al amor y a la amistad; porque amar con un corazón enamorado llena la vida de sueños, de buenos propósitos y de ilusiones. Y recordemos también ese mensaje sublime del apóstol Pablo que debe tocar el corazón del hombre, que todos conocemos y que se repite especialmente en las iglesias cristianas: el amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece. Corintios 13.4.
Algo también muy valioso, que no debemos dejar ni en la juventud ni en la vejez son los amigos, porque la amistad es un don para seres privilegiados, que todos deseamos tener, para ser siempre fieles con los amigos por toda la vida. Los verdaderos amigos siempre están cerca de nosotros, en los buenos y en los malos tiempos.
Esta es la mejor oportunidad para decirles a mis queridos lectores, con el aprecio de siempre, que les agradezco sus mensajes de cariño y su constante interés por leer esta columna, que está a su servicio. Que Dios los bendiga a todos y que disfruten con mucho amor el día de amistad, el próximo 14 de febrero.
Rina.montalvo@gmail.com