La demanda de la actriz se produce después de que Pitt, del que se divorció hace seis años, la denunciara por dañar deliberadamente la reputación de su compañía de vinos en Francia y vender su parte en la misma a un “extraño”.
La pareja había adquirido el viñedo Chateau Miraval en 2008 por 45 millones de euros, con su correspondiente mansión, en la Provenza (sureste de Francia), donde años después se casaron y disfrutaron de varias vacaciones en familia junto a sus seis hijos.
En la contrademanda presentada esta semana por la actriz, y a la que ha tenido acceso la CNN, Jolie acusó a su exesposo Brad Pitt de “librar una guerra vengativa contra ella” y de “secuestrar” el control del lucrativo negocio de bodegas que una vez compartieron.
Jolie, que solicitó el divorcio de Pitt en septiembre de 2016 tras una acalorada discusión a bordo de un avión privado que llegó a ser investigada por el FBI, le pide a su exmarido US$250 millones de indemnización, asegura la cadena.
La demanda de Jolie, presentada en nombre de su antigua compañía Nouvel LLC, alega que Pitt “y sus aliados” tomaron “acciones ilegales y maliciosas” con la intención de “dañar” tanto a la actriz como a su empresa, “al devaluar sus inversiones y privarle del papel que le corresponde en la gestión de Chateau Miraval, el mundialmente famoso productor de vino rosado”.
También dice que Pitt “se embarcó en una campaña multifacética durante años para tomar el control de Chateau Miraval y apropiarse de los activos de la compañía para su beneficio y el de sus propias empresas y amigos”.
Frente a esto, el equipo del actor que se encarga de la causa legal abierta por la venta de esta propiedad acusa a Jolie de dañar a su exmarido intencionadamente por vender su parte en la compañía sin su consentimiento.
La defensa de Pitt sostiene además que Jolie no solo no contribuyó en “nada” al éxito de Miraval, proyecto que apasionaba al actor, sino que consumó la venta “en secreto” y violando a sabiendas las condiciones que había pactado con su exmarido, según las cuales ninguno de los dos podía vender sus intereses en ese negocio sin el consentimiento del otro.