El tema sedujo a muchos artistas del gótico y románico que lo plasmaron en pórticos y tímpanos de las grandes catedrales. Escenas de la natividad en increíbles bajorrelieves realizados en coral, cunas del niño Dios en oro, marfil y plata, coronados con ángeles.
Son obras de arte del gótico que ocupan sitio de honor de los tesoros de las catedrales y museos.
En el Museo de Borely se conservan los nacimientos de Luis XIV, XV y XVI.
El de Luis XVI es probablemente el más suntuoso, mucha vegetación realizada con pequeñas conchas, los personajes son de porcelana y ríos de cristal.
Existen también los nacimientos mecanizados con personajes móviles que responden al deseo de dramatizar el misterio. Francia ha rendido culto al nacimiento sobre todo en la región de Provenza.
Aquí se conservan buenas colecciones en el museo de Marsella y el Viaux Toulon.
Alemania además de las figuritas talladas en madera, le da mucha importancia a la música.
Pero es Italia la cuna del nacimiento y la devoción. Hay que buscarla en San Francisco de Asís.
Este santo fue el primero en hacer en vivo el misterio en 1223.
El primer nacimiento construido en Nápoles data de 1478 con figuritas de barro.
Girolamo de Santa Croce, un siglo después realizó personajes en madera para el nacimiento napolitano.
Carlos III hizo del nacimiento una institución en Italia y luego en España. En la actualidad en la Basílica de San Cosme y San Damián en Roma se puede admirar todo el año un magnífico nacimiento napolitano.
La fábrica de cerámica Capodimonte realizó figuras de extraordinaria perfección para el Belén o nacimiento napolitano.
Éste se caracteriza por la variedad de las figuritas y la riqueza de los trajes en brocados, encajes que visten a la Virgen y reyes, el barroco se hace presente en la acumulación de nubes y ángeles.
Cuando Carlos III regreso a España siguió esta costumbre, encargó a José Gines figuras para el misterio de su hijo, el príncipe, naturalmente influidas por el gusto italiano.
La iglesia protestante en Inglaterra prohibió realizar nacimientos y adoptó el árbol navideño, decorativo por la profusión de adornos, pero como vemos es completamente ajeno a nuestra cultura y religión.
En la mayoría de las casas el nacimiento se coloca al pie del árbol pero la primicia se le da al arbolito.
En toda Latinoamérica se sigue la tradición española, aunque la costumbre del árbol ya se ha enraizado profundamente.
En nuestro país existen figuras de arte popular de gran encanto como las realizadas por la familia Rodenas en Antigua Guatemala, que contribuye a mantener viva la tradición de nuestro nacimiento.
