Escenario

“En la casa de mi hermano”: Una exposición que borra las fronteras entre Guatemala y Brasil

El proyecto del artista kaqchikel Edgar Calel junto al brasileño Paulo Nazareth emana de una promesa por la celebración de la vida y la memoria ancestral de América.

"En la casa de mi hermano": Una exposición que borra las fronteras entre Guatemala y Brasil

Registro pictórico de la Casa Kit Kit ubicada en el centro de San Juan Comalapa. La casa era de la abuela del artista kaqchikel Edgar Calel. (Foto Prensa Libre: Cortesía Edgar Calel)

Como un gesto que brota del amor y la confabulación entre dos hermanos de distintas familias podría entenderse la nueva muestra artística concebida por los realizadores Edgar Calel -nacido en San Juan Comalapa (Chi Xot) en 1987- y Paulo Nazareth -Governador Valadares, Brasil, 1977-, quienes desarrollarán una doble exhibición en Guatemala el próximo 9 y el 16 de diciembre. 

Este gesto, motivado por la amistad entre los artistas que se conocieron hace 12 años, cuenta con la curaduría de la también brasileña Luciana de Oliveira, quien se ha sumado al proyecto con un texto y varias reflexiones espaciales sobre lo que será la exposición En la casa de mi hermano.

Titulada así a manera de celebrar la hospitalidad por el tránsito entre Guatemala y Brasil de los mencionados artistas, la muestra pretende  celebrar en palabras del comalapense Edgar Calel, el recorrido constante por un mismo territorio sin fronteras políticas.

“Es una exposición que viene desarrollándose desde hace mucho tiempo. Con Pablo nos conocimos en 2011. A veces nos encontrábamos acá en Guatemala o allá, en Brasil. Todo nace por cuestión de amistad y del recorrido“, explica el artista kaqchikel.

De esta cuenta, y a través de las conversaciones vinculadas a un intercambio de más de una década, En la casa de mi hermano reúne fotografías, pinturas, dibujos y varios objetos de ambos realizadores quienes exhibirán sus propuestas tanto en Chi Xot, dentro de la Casa Kit Kit, como en la ciudad de Guatemala en la galería Proyectos Ultravioleta. 

De acuerdo con Luciana de Oliveira, aunque se trata de una doble-presentación que sirve como diálogo conjunto que habla de varios  territorios a la vez, En la casa de mi hermano se puede comprender también como una activación procesual.

"En la casa de mi hermano": Una exposición que borra las fronteras entre Guatemala y Brasil
“En la casa de mi hermano” propone una conexión afectiva y ancestral más allá de los límites geográficos impuestos por los Estados modernos. (Foto Prensa Libre: Julio Calel)

“En ambos espacios el tiempo es muy importante por toda la conexión con la genealogía y varias de las cosas que están en el mundo de los artistas. No es una exposición sintética, sino orgánica en el sentido a que se va haciendo en presencia, en relación con los demás y en sentimiento“, añade de Oliveira.

Además de la activación en las salas de los espacios mencionados, la muestra se complementará con una performance de Paulo Nazareth en las calles de La Antigua Guatemala, así como también incluirá una instalación de Edgar Calel en Proyectos Ultravioleta.

Insistir en el territorio de la memoria

Durante sus años de trabajo, Edgar Calel y Paulo Nazareth han deshilvanado historias de desplazamiento y resistencia mediante lenguajes figurativos. La sutileza es uno de los valores estéticos en las obras que tejen ambos a la hora de metaforizar la complejidad identitaria y la violencia en territorios indígenas de América. 

En la más reciente exhibición pueden encontrarse piezas como ESTADO MACIONAL, una maleta intervenida con acrílico y harina de yuca que fue trasladada por Brasil y Colombia hasta Guatemala. Con esta obra, su autor Paulo Nazareth, propone una conversación sobre la base alimenticia ancestral y su movimiento por el territorio continental.

"En la casa de mi hermano": Una exposición que borra las fronteras entre Guatemala y Brasil
El tránsito a lo largo de las fronteras es cuestionado por Paulo Nazareth en una obra donde transporta harina de yuca desde Brasil hasta Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía Edgar Calel)

Obras como una fotografía que el mismo Nazareth se tomó en 2011 en San Juan Comalapa dentro de una fosa común con restos de pobladores kaqchikeles de la zona, intentan sacudir la memoria a través de una conexión con la ancestralidad. “Me quedé dentro de la fosa como teniendo una conversación con los que estuvieron allí. Es algo que nos hace pensar que hay vida mientras la violencia sigue puesta“, relata el brasileño.

En el mismo sentido, dentro de la exposición destaca un vídeo en el que puede verse un performance en el que Edgar Calel jala todo el peso de un árbol mediante un amarrado a su pelo. La obra, según apunta el realizador, busca retratar la resistencia de una conexión con lo que ha estado siempre: la sabiduría natural. 

“Las manifestaciones son sutiles y no literales. Creo que con solo estar vivo como indígena es gritarle a la gente. Es una forma de decir estamos creando, que estamos armando las cosas que nuestros pasados hacían y que son nuestras prácticas cotidianas. Esa organización es lo que nos lleva a hacer esta exposición”, reflexiona Calel.

Frente a esta idea, Paulo Nazareth añade que Abya Ayala -término empleado para referirse al territorio nativo de América antes de la colonización-, puede entenderse como el escenario real de la muestra en cuestión: “Los muros no existen para nosotros. Tenemos esa posibilidad de cruzar el territorio de punta a punta. Ese estar acá o allá es un acto político”, concluye el artista brasileño.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.