Escenario

José Andrés: No hay muro que detenga el coronavirus ni muro que detenga el hambre

Desde la oenegé World Central Kitchen, el chef español José Andrés está decidido a cumplir con su misión: "que nadie pase hambre". Por ello trabaja para alimentar a miles de personas durante la emergencia.

El chef español José Andrés (d) coordina las labores en Nueva York de la oenegé World Central Kitchen, la cual trabaja a destajo para cumplir con sus planes de dar comida diaria hasta a 5 millones de personas si la crisis del coronavirus así lo requiere. (Foto Prensa Libre: EFE)

El chef español José Andrés (d) coordina las labores en Nueva York de la oenegé World Central Kitchen, la cual trabaja a destajo para cumplir con sus planes de dar comida diaria hasta a 5 millones de personas si la crisis del coronavirus así lo requiere. (Foto Prensa Libre: EFE)

Fotografía cedida por World Central Kitchen (WCK) donde aparece el chef español José Andrés (i) mientras coordina las labores de la oenegé en Oakland, California. (Foto Prensa Libre: EFE)

José Andrés tiene clara su misión: “Que nadie pase hambre”. El chef español, portada de la prestigiosa revista Time de este mes, cree que la pandemia del covid-19 nos enseña que “no hay muro que detenga el coronavirus, tampoco hay muro que detenga el hambre”.

José Andrés tiene clara su misión: “Que nadie pase hambre”. El chef español, portada de la prestigiosa revista Time de este mes, cree que la pandemia del covid-19 nos enseña que “no hay muro que detenga el coronavirus, tampoco hay muro que detenga el hambre”.

El reconocido chef desde la oenegé World Central Kitchen trabaja a destajo para cumplir con sus planes de dar comida hasta a 5 millones de personas diariamente, si la crisis así lo requiere.

Ahora mismo reparte por el mundo junto a socios locales más de 125 mil comidas diarias. Su objetivo es repartir, solo en España, 40 mil diarias y tiene proyectos de contingencia a escala internacional para ofrecer medio millón.

Y, si la cosa se pone muy fea, llegar a esos cinco millones. Para ello es capaz de instalar una cocina en medio de un devastado Haití o, como ahora en tiempos del coronavirus, en un campo de béisbol de Washington.

“A fin de cuentas a mí lo que me importa es que nadie pase hambre, lo digo como ciudadano del mundo y creo que mucha gente compartirá esta simple idea. Porque el mundo está demasiado interconectado y funcionará mejor si no solo me va bien a mí, sino  también a todos los que me rodean”, explica José Andrés en una entrevista con EFE.

Preocupado por Latinoamérica

 

“Hay una emergencia sanitaria que debe ser nuestra prioridad número uno, luego hay la crisis económica, que debe tener una solución cuando acabe la sanitaria. Pero luego vendrá a la vez una crisis humanitaria porque los países más pobres del mundo van a sufrir muchísimo”, alerta José Andrés, a quien preocupa muchos países de América Latina y de África, sin olvidar los 40 millones de personas -muchas de ellas latinas- que en Estados Unidos tienen problemas de alimentación.

“A mí me preocupa España, me preocupa América, me preocupa la comunidad latina en España, en Estados Unidos y me preocupa toda Latinoamérica. Yo creo que vamos a ver momentos duros, que va a ser una mezcla de crisis al unísono, la sanitaria, la económica y la humanitaria todo a la vez”, advierte.

“En lugares como Haití y otros de Latinoamérica -vaticina- vamos a ver a la gente más necesitada y de pocos recursos… que en algún momento puede estallar en algún lugar”.

El chef, que procura siempre ser optimista, asegura que la pandemia también es una “oportunidad” para que el mundo se dé cuenta de que “vamos a necesitar a ese mundo rural, que es muy importante y que parece que cada día son más pobres; nos hemos de preocupar de que ese mundo sea próspero porque lo vamos a necesitar en el futuro”.

“Mucha gente trabaja en el campo son inmigrantes, muchos de ellos son indocumentados en Estados Unidos. Nos pasa lo mismo en España (…) No puede ser que nuestras sociedades funcionen a costa de usar a esa gente, mal pagar a esa gente, utilizar indocumentados y luego no reconocerlos. Yo espero que esto lo aprendamos”, reflexiona.

“¿Portada en Time? Ni la he visto”

 

El chef español José Andrés ilustra la portada de la revista Time de abril. (Foto Prensa Libre: EFE)

“Que un cocinero salga en un lugar tan icónico como la revista Time… pues si te lo pones a pensar no tiene ningún sentido, pero así están los tiempos”, reflexiona José Andrés, que no ha tenido tiempo de ver físicamente la publicación ni de leer el reportaje sobre él de la revista que lo considera una de las cien personas más influyentes del mundo.

Sobre todo le parece sorprendente esa notoriedad para un cocinero si no es por tener el mejor restaurante del mundo, que espera “tenerlo algún día”, apunta el chef, quien en todo caso sí valora que esta historia se la podrá contar en el futuro a sus nietos.

Pero para él lo más importante es que esa privilegiada portada pone en valor su profesión, “le da importancia a la alimentación, que es inmigración, economía, hambre, problema social, oportunidad, inversión, negocio, turismo, ciencia, cultura….es absolutamente todo, incluso es seguridad nacional”.

Un empresario comprometido

José Andrés no es solo un cocinero, es un empresario de éxito. Pero como todos sufre las duras condiciones de la pandemia, que ha destrozado la industria de los restaurantes. Tiene 16 restaurantes en EE. UU. más  otros a medias con hoteles.

Los empleados directos de su empresa, los que llevan sus establecimientos, son más de 1,600 y a todos ellos les ha pagado el sueldo durante cinco semanas, además de los beneficios sociales, es decir, el seguro médico, algo muy importante en un país donde la asistencia sanitaria pública es casi inexistente.

“Yo fui de los primeros en cerrar y convertir mis restaurantes en comedores sociales. Nosotros como compañía hemos hecho un esfuerzo como Dios manda, pero no todos pueden”, apunta el chef español, quien cree que con esta crisis la gente se dará cuenta “de lo importante que son los restaurantes”, porque emplean “a mucha gente”.

“Somos una de las industrias que más empleamos, que más riqueza redistribuye, porque de cada euro o dólar que se gasta en un restaurante más del 90% se reparte a cada rincón de la economía local… Sin restaurantes, América y España vamos a ser mucho más pobres”, avisa.