Escenario

Laura Restrepo: “Los escritores latinoamericanos luchan por existir”

Los escritores latinoamericanos afrontan una lucha tremenda por existir, por acceder a la universalidad que no se les concede al provenir de un lugar que, en el resto del mundo, no se considera como un terreno que va más alla del exotismo, aseguró la escritora colombiana Laura Restrepo. 

“No hemos adquirido como pueblos el beneplácito de la universalidad. Lo nuestro es una arandela que tiene el mundo donde se coloca lo antropológico, lo que corresponde al terreno de la National Geographic”, dijo Restrepo durante el encuentro “Colombia en primera persona” en la XXI Feria Internacional del Libro (FIL-Lima 2016), donde participa como invitada.

Restrepo, ganadora del premio Alfaguara 2004 por su novela Delirio, afirmó que la pelea de los escritores latinoamericanos es doble, ya que además de crear textos para que las historias de sus pueblos no se olviden, deben “desdibujar sus propias identidades, detallar arduamente los sucesos previos”.

“Somos un poco raros y en esa medida existimos. Ahora hacemos literatura de feria para que nos vean, para poder vernos a nosotros mismos. Yo creo que en nuestra región se produce una literatura a veces mejor, a veces no tanto, pero siempre potente. Hay un brillo de vitalidad que tiene que ver con esta tremenda pelea por existir”, agregó.

En el encuentro, organizado por Colombia (país invitado de honor de la FIL-Lima 2016), también participó el escritor Juan Gabriel Vásquez, ganador del Alfaguara 2011 por El ruido de las cosas al caer, quien sustuvo que las novelas de la región están obsesionadas por recuperar la historia y recontarla de una manera distinta.

“Eso se debe a que muchas veces las historias vienen de gente equivocada: el Estado, el Gobierno, la Iglesia, extraordinarios narradores que se toman el derecho de contar nuestra historia y no compartirla con nadie”, dijo Vásquez.

Así, para Vásquez, la literatura es “una empresa contra el olvido, contra la desaparición del planeta” y ninguna persona que esté satisfecha con el mundo escribe novelas.

“Escribimos porque nos hacemos preguntas y tenemos dudas. Las novelas no se escriben casi nunca para explicar respuestas, sino más bien para resolverlas y proponer preguntas. Creo que eso nace de la tensión que sentimos con el espacio donde nacimos y crecimos porque esos lugares que creíamos conocer, no los conocemos realmente”, afirmó el colombiano.

Restrepo, autora de Delirio y Hot Sur, considera que los escritores de América Latina no se relacionan solo con la geografía, sino también con el tiempo: “Nuestra relación es difícil con el pasado y diría que inexistente con el futuro. Si hay algo que nos marca es que nosotros vivimos sin una idea clara del futuro”.

Como ejemplo, la escritora contó que cuando decidió, después de mucho tiempo, visitar la casa de sus abuelos -“un lugar cargadísimo de recuerdos” en un barrio tradicional ahora bastante deteriorado- se dio con la sorpresa de que se había convertido en “un puteadero”.

“Es el pasado el que tenemos que construirlo todas las veces porque se nos desdibuja. Lo que estaba antes ya no está, no queda asentado. Es una especie de identidad borrosa”, dijo.

Para ambos escritores, haber nacido y vivido en un país como Colombia les imprime una marca indeleble: la necesidad de “exorcizar” la violencia, entenderla y asimilarla.

“No creo que exista un colombiano que logre escapar de eso, de todo lo que vivimos a lo largo de nuestra nación, del contubernio con la muerte difícil de asimilar, de una esquina donde se entrevera -intensamente- una especie de espina de vientos cruzados que todos conocen”, dijo Restrepo, mientras Vásquez la miraba y asentía con la cabeza.

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