Como uno de los últimos grandes directores austriacos de la posguerra, junto con Herbert von Karajan, Karl Boehm y Carlos Kleiber, la preocupación de Harnoncourt por los detalles históricos era legendaria. Pensaba que dirigir era algo vivo y romántico, no una reliquia de la historia.
Su grabación de La Pasión de San Mateo, de Bach, ganó un Grammy en el 2001, uno de los muchos reconocimientos que recibió por su búsqueda incansable de la perfección.
Aunque permanecía su aprecio por Haydn, Mozart y sus predecesores, más tarde amplió su repertorio para incluir a favoritos de la ópera del siglo XIX como Aida, de Verdi y de forma individual acentuó representaciones de trabajos de maestros tan variados como Beethoven, Schubert y Strauss.
Ya en 1999, el diario suizo Neue Zuercher Zeitung lo catalogó como el “protagonista del nuevo expresionismo”.
Como violonchelista, en 1953 fundó el conjunto instrumental austriaco Concentus Musicus Wien, una plataforma para su trabajo en música barroca y renacentista que usa instrumentos del periodo y seguirá siendo su carta de presentación.
La Pasión de San Mateo, de Bach.
https://www.youtube.com/watch?v=AyDVcW22tb4
Sinfonía número 40, Mozart.
Aida, de Verdi.