Pero la forma en la que los humanos y sus industrias alteran el planeta, en especial el clima, ha hecho que cada vez más científicos empleen la palabra antropoceno para referirse al momento en que vivimos.
“Estamos cambiando la Tierra. No hay duda sobre eso, lo he visto desde el espacio”, dijo el astronauta John Grunsfeld, que realizó ocho caminatas espaciales y ahora es administrador asociado de ciencia en la Nasa.
Grunsfeld dijo que cuando miraba desde el espacio, no veía un lugar del planeta donde los humanos no hubieran dejado su marca. De modo que emplea el término antropoceno, “porque somos lo bastante inteligentes para reconocerlo”.
El astronauta formaba parte del público del simposio “Viviendo en el antropoceno”, celebrado la semana pasada en el Smithsonian. Por su parte, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia abrió la exposición “Fósiles del antropoceno”.
Este año se han presentado más de 500 estudios científicos refiriéndose al periodo actual como el antropoceno.
“Nunca, en sus cuatro mil 600 millones de años de historia, la Tierra se ha visto tan afectada por una sola especie como ahora por los humanos”, señaló W. John Kress, subsecretario en funciones de ciencia para el Smithsonian, indicando que “para nosotros, (el término) combina lo científico y lo cultural en una palabra”.
Steffen, uno de los principales líderes del movimiento, indicó en un correo electrónico que la edad de los humanos es algo más que el cambio climático. Incluye pérdida de ozono, interferencias en los ciclos de nitrógeno y fósforo que causan zonas “muertas”, cambios en el agua, acidificación del océano, alteraciones endocrinas y deforestación.
Steffen señaló que no hay un consenso científico por el término, pero percibe un creciente apoyo. Para convertirse en oficial, debe ser aprobado por la Unión Internacional de la Comisión de Ciencias Geológicas sobre Stratigrafía.
El jefe de ese comité, Stann Finney, de la Universidad del Estado de California en Long Beach, dijo en una entrevista que se le suele describir el “mayor crítico” del término.
Finney señaló que si bien no hay duda de que los humanos están cambiando de forma drástica el planeta, establecer un nuevo periodo geológico requiere detallados registros científicos, en su mayoría basados en datos sobre rocas.