La muestra traza las relaciones entre Picasso y Dalí desde 1926, cuando se produce el primer encuentro en el taller del malagueño en París.
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Y termina con la vinculación de ambos al movimiento surrealista entre 1929 y 1934, su respuesta a los horrores de la Guerra Civil española, su posterior alejamiento por motivos ideológicos o su común reinterpretación de la obra de Velázquez, resumió Laniado-Romero.
En otoño, el Museo Picasso acogerá dos exposiciones de pequeño formato, Picasso y los Reventós y La pasión grequiana de Picasso, esta última con 30 piezas de Picasso para las que se inspiró en el Greco, pintor que el malagueño estudió en sus visitas al Museo del Prado durante su estancia en Madrid en 1897-1898.
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En esta exposición se podrá contemplar una obra maestra del Greco, el retrato Caballero anciano (1587-1600), perteneciente a la colección del Prado.
Al margen de las exposiciones, el museo barcelonés acogerá el 30 de enero un seminario científico sobre La época azul de Picasso, en la que se presentarán los estudios recientes sobre este período del artista, especialmente ligado a su estancia en Barcelona.
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En el mismo participarán especialistas de la National Gallery y la Phillips Collection de Washington, el Museo Guggenheim de Nueva York y el Art Institut of Chicago.
Laniado-Romero ha informado de que el museo cerró el año 2014 con un millón de usuarios, de ellos 921 mil 586 visitantes (que han abonado la entrada), mientras la exposición Post-Picasso, que puso a Picasso en diálogo con los artistas contemporáneos, fue la más vista, con 130 mil visitantes.
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