Escenario

PLASTICAEl Nacimiento en la literatura

Existen varios tipos de nacimientos, pero en la cuidad donde adquiere un lugar preponderante es en Nápoles. El primer nacimiento data de 1478.

Estos se continuaron construyendo, pero fue Carlos III quien hizo del nacimiento una institución nacional en Italia, y luego en España.

La fábrica Napolitana Capodimonte realizó pequeñas figuras de extraordinaria perfección, también se realizaron pequeñas tallas en madera, barro y aserrín, en general vestidos a la usanza de la época.

Uno de estos nacimientos napolitanos se exhibe todo el año en la basílica de San Cosme y San Damián en Roma.

A Carlos III le debemos la difusión del nacimiento, pero la raíz de esta devoción se la debemos a San Francisco de Asís (1233).

Como sabemos, este santo era un amante de la naturaleza y deseaba que toda ella se uniera en esta fecha para la gloria del Niño recién nacido.

En general, los Niños de los nacimientos tienen una expresión de tristeza, en numerosas alegorías barrocas, hay Niños que tienen lágrimas en los ojos, se destaca la relación del Niño con los signos de la pasión, la escalera, tres clavos, tenazas.

En la obra de Alonso del Arco vemos a un bellísimo Niño dormido, en posición de pulsar la cruz como que si fuera una guitarra, levanta el pie para apoyarlo sobre un taburete pero en donde lo apoya es sobre la calavera del Gólgota, la que recuerda la muerte de Adán.

En la obra de Ghirlandaio, con gran influencia flamenca, el Niño desnudo descansa su cabeza sobre un sarcófago romano con la leyenda “Profetizo que la divinidad utilizará este sarcófago en su reposo”.

Con estos elementos obviamente se prefigura la crucifixión de este Niño recién nacido.

Personalmente este tipo de representaciones prefiguradas me conmueven por lo casi despiadadas que son, pero fueron muy frecuentes en el barroco y parte del Renacimiento.

Estas representaciones tienen su equivalente en la literatura, a esta idea responden los versos de San Juan de la Cruz: “Un pastorcito solo está pensando/ ajeno de placer y de contento/ y en su pastor puesto el pensamiento/ y en el amor muy lastimado./ Y cabo de un rato se ha encumbrado/ sobre un árbol do abrió sus brazos bellos/ y muerto se ha quedado asido a ellos/ el pecho del amor muy lastimado.

La literatura ha contribuido a celebrar el nacimiento desde el Románico (siglo XIII). “El Misterio de los reyes magos”, escrito en diálogo vivo es la obra mas antigua del teatro Español, y se representaba dentro de las iglesias.

Ya en el siglo XV encontramos el tema del nacimiento en el teatro, por ejemplo Gómez Manrique, personaje del reinado de los Reyes Católicos, escribió un auto “Representación del nacimiento de nuestro señor”.

Esencialmente esta obra son pasajes de la vida del niño Jesús, la representaban monjas, acompañaban la representación los villancicos. Este autor trata con sencillez y reverencia el acontecimiento del nacimiento del Niño: “Callad voz, Señor/ nuestro redentor/ que vuestro dolor/ durará poquito./ Cantemos gozosos/ hermanos graciosos/ pues somos esposas/ del Jesús Bendito.

El gran Lópe de Vega escribió: “Los pastores de Belén”, Luis de Góngora también abordo el tema. Los más cercanos a nosotros son los encantadores villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz.

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