Escenario

Tres Puntos…: El Museo de Manolo Gallardo

Respetó todos los cánones que una misión de esas características debe poseer

Hace algunas semanas recibí, en mi correo electrónico, una alarmante nota del artista Manolo Gallardo. En ella me manifestaba su intención de no volver a exponer.

La acción, que aun sostiene hoy, está motivada por la escasez de espacios críticos especializados en los medios de comunicación y el poco interés que estos le otorgan al trabajo de los creadores.

Es obvio, el tono de la misiva me puso sobre aviso. La obra de Manolo Gallardo no sólo posee consistencia lineal sino que es muy particular. Con eso en mente le contesté inmediatamente, hicimos una cita y al final, apenas logramos reunirnos la semana pasada en el espacio que tiene destinado para su museo.

En el ínterin, como yo estaba en España en aquel momento, aproveché – por mera curiosidad – para rastrear en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, a los muchos nombres que, recordaba, anotan en su currículum vitae el haber estudiado en aquella entidad (entre ellos el propio Gallardo). El resultado no me sorprendió demasiado.

De unos quince nombres que me vinieron a la memoria sólo dos resultaron ser estudiantes de la entidad: Humberto Garavito y Víctor Manuel Gallardo. De los otros no había ninguna clase de registros a la vista.

De nuestro encuentro hay varias cosas que subrayar. La atinada inversión en un viejo caserón del Centro Histórico, es la primera de ellas. Éste, de dimensiones considerables, fue rescatado de la ruina absoluta ya que se ocupó, por décadas, como multifamiliar. El resultado, se nota a simple vista, respetó todos los cánones que una misión de esas características debe poseer.

No hay nada en aquella casa que no se relacione con su realidad histórica. El trabajo abarcó, inclusive, el remozamiento de los pisos de cemento con colores fundidos a la usanza de la época, detalles específicos de la madera y otros aspectos de los acabados originales como robustecer la hermosa pila del patio de servicio.

La construcción pareciera pertenecer a la época posterior de los Terremotos de Navidad (1917 y 1918) ya que posee características estilísticas que oscilan en las fronteras del Art Noveau y el Art Déco guatemaltecos.

El nuevo museo, que no tiene fecha aún para ser inaugurado, ya ha sido visitado por estudiantes que han llegado de la mano de Lucrecia de Prera (del Centro cultural Metropolitano). Me imagino que a través de ese espacio y la señora Prera, se puede conseguir acceso a lo que será futuro museo y que ya resguarda gran parte del legado que conformará su colección permanente…

(Continúa).

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