Las fotografías poseen valores extra artísticos y se dan a conocer en un momento culminante de la violencia en Guatemala.
Lapso violento y ascendente, que es paralelo al absurdo asesinato de una de sus figuras artísticas más connotadas: Dorothy Ascoly.
En beneficio de la colección, en la exhibición no hay una sola impresión en la que se reflejen gráficamente actos delictivos. Por lo mismo es una invitación clara a la meditación.
El trabajo de Abel López se encuentra en una etapa evolutiva apreciable. A principios de este año pasó la curaduría del Comité Rotario Guatemala Sur con un par de óleos relacionados con lo que vuelve a abordar en esta exposición: La Zona de Asalto. Más adelante, con otros motivos y técnicas, aseguró su entrada en Juannio.
Resultados interesantes en cuanto que ambos jurados, muy diferentes entre si, coincidían en su elección.
De la Subasta Rotaria le quedó a López un mal sabor cuando escribí en la Prensa Libre, el 21 de marzo, que en su búsqueda había utilizado patrones ya superados que se adentraban dentro del campo del cliché.
En pocas palabras López se había valido de obvios elementos estilísticos para llamar la atención de los censores. La crítica se fundamentó en que la lectura de su trabajo no concretaba la idea (al menos no como lo hace en esta muestra) por estar completamente descontextualizada.
De los resultados alcanzados en Juannio percibo que quería demostrar, sin dejar dudas, que maneja las herramientas necesarias para expresar sus ideas. En efecto, las tiene.
Zona de Asalto es básicamente una intervención de carácter urbano, el correspondiente registro y su posterior exposición. El ejercicio expresivo se constituye en varios pasos.
El primero, la realización de la pintura, que en este caso refleja una relativa apropiación de símbolos universales de tránsito.
Luego viene la parte más interesante que es el emplazamiento en distintos lugares. Espacios donde la obra toma verdadera dimensión por estar modificando su entorno y de paso, hacer pensar a la gente que deambula por el área. La violencia no discrimina.
Pintura, instalación, quizás performance, registro y exposición. Abel López está proponiendo a partir de una idea que, ya bien estructurada, es muy buena.
La visita a la sala es obligada. Su comentario en el libro de Zona de Asalto, también.
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