Escenario

Tres putos…: Mecenas del arte

El título con el que se identifica al que apoya incondicionalmente a los artistas para que puedan producir, tiene su origen a partir de la existencia del escritor y diplomático romano Cayo Mecenas.

A este hombre, que vivió entre los años 70 a 8 antes de Cristo, amigo y consejero de Octavio Augusto, se le conoce por haber sido un erudito que ejerció su influyente patronazgo sobre los poetas de aquella época. Fue protector, entre otros, de Horacio, Vario, Propercio y Virgilio.

En el desarrollo de la historia han destacado numerosos ejemplos de mecenazgos por parte de particulares, gobernantes e instituciones eclesiásticas y laicas. Distintas motivaciones alimentaron con frenesí la confección de diversidad de creaciones. Los resultados, dependiendo de la época y la fuerza del impulso, brindaron diferentes respuestas que pueden ser calificadas a través de las obras que han sobrevivido al paso del tiempo.

Hay que tomar en cuenta que el hecho de querer ser mecenas y distribuir recursos entre algunos creadores no garantiza la calidad del producto. En Guatemala, para no ir más lejos, abundan los ejemplos del mal gusto que se puede proyectar en pos de la vanidad y la ignorancia.

Esto es posible apreciarlo a través de colecciones completas que guardan polvo en algunos bancos, empresas, dependencias gubernamentales y casas particulares. Como en todo tema, las excepciones son las más notorias y por lo mismo los puntos historiables.

En el caso opuesto hay que señalar, siempre dentro del coleccionismo nacional, la sensatez que se visualiza en la pinacoteca del doctor Manuel Morales (1874-1969), hoy en manos de otro particular que la ha enriquecido con nuevas piezas. Morales, que compartió inquietudes intelectuales con escritores y artistas de su época, organizó, junto a Jaime Sabartés, actividades culturales de relevancia.

Gracias a la iniciativa de Morales se pudieron apreciar los trabajos de Carlos Valenti expuestos hace un par de años en la Casa Mima y compendiados en un singular catálogo patrocinado por ADESCA.

También, del mismo origen, se expusieron en la Fundación Paiz por lo menos seis trabajos -entre esculturas y pinturas- del artista catalán Justo de Gandarias. Este patrimonio, según anota Luis Villacorta, es ?único al proporcionar un espectro amplio de temáticas, contenidos y técnicas?.

Otro extraordinario ejemplo de la dimensión de un mecenas lo representa Edith Recourat, quien además de ser articulista, catapultó la carrera de Francisco Tún por medio de catálogos y el patrocinio de exposiciones.

Pronto Tún, gracias a Recourat, quedará registrado en la historia del arte centroamericano que elabora Bélgica Rodríguez.

ESCRITO POR: