La habilidad para la guitarra y el canto lo llevó a cantar en iglesias, apoyado por un sacerdote que notó su talento y le animó a crecer, no solo como alabanza a Dios, sino como el servicio de compartir alegría a los demás.
La música infantil
Raúl López pasó por varias etapas de música como la trova, el canto de protesta y también la balada romántica. Sin embargo, una vez escuchó un disco de la cantautora argentina María Elena Walsh, autora de la canción infantil Manuelita.
Aquello encendió una chispa que luego fue una llama constante de creatividad y valoración de la tradición guatemalteca.
“En Guatemala hay muchas canciones infantiles como El Mishito, Lorito de la Verapaz o Vamos a la mar pum pum pum, pero es increíble cómo los niños guatemaltecos cantan temas de otras latitudes e incluso algunos que no son para su edad, cuando deberían conocer de memoria este patrimonio musical”, expone López.
En la década 1970 empezó a musicalizar algunas presentaciones de títeres y él mismo se volvió titiritero.
Se necesitaba música adecuada, ágil, contagiosa y que enganchara la atención de los niños. “Así fueron mis comienzos en la composición”, cuenta.
Tomó el nombre Colibrí como su seudónimo artístico y su lema fue siempre dar cariño a través de la música.
“Cada canción infantil es un abrazo para un niño. Me ha tocado dar conciertos en escuelas, orfanatos y también en hogares de ancianos. En otras palabras, hay niños de toda edad”, relata.
En efecto, se ha presentado en plazas, ferias, festejos escolares y teatros.
Más que música
Colibrí también revalora relatos de la tradición oral guatemalteca y crea historias infantiles musicalizadas. Ha grabado varios discos y hacía presentaciones hasta que la pandemia interrumpió la actividad escénica en general.
“En toda esta trayectoria creo haber compuesto unas 300 canciones originales, muchas de las cuales todavía no están grabadas”, refiere.
De hecho, en el concierto, Raúl estrenará un canto titulado Soy Colibrí. “Si ves una sonrisa volar, si un arcoíris se viene hacia ti…”, comienzan sus líneas, aportadas por el poeta Amílcar Zea, quien lo animó a componer un tema representativo.
López resalta que toda canción alcanza su verdadero brillo con los arreglos musicales, y por eso agradece el apoyo de grandes músicos como Leonel Franco, en batería; Carlos Duarte, en teclados; y Rolando Gudiel, en el bajo. “Son grandes músicos de Guatemala”, afirma.
Presentación en línea
Con el apoyo del Aporte para la Descentralización Cultural, (Adesca), Raúl López presentará un concierto para celebrar sus 40 años de carrera en la música infantil.
La presentación se hará por Facebook Live, en el perfil de Colibrí, el domingo 21 de noviembre, a las 11 horas.
Si alguien desea adquirir discos con música o relatos de Colibrí, puede escribir un mensaje al 5256-7957.
Vivencia
A lo largo de 40 años de presentaciones y conciertos, Raúl López tiene muchas experiencias que le han impactado.
- “Recuerdo que una vez hice una presentación en un hogar de ancianas. Dado que muchas canciones infantiles guatemaltecas son antiguas, pensé si alguna de las abuelitas se acordaba de alguna… Comencé a cantar: Vamos a la mar, pum pum pum, a comer pescado, pum pum… ¿Alguien la conoce?, les pregunté. Había una señora de 104 años que preguntó: ‘Es esa que dice ‘fritito y asado’?” Y justo esa era. Ella la cantaba de niña y empezó a cantarla completa, y yo la acompañé con la guitarra”.