El autor de La muerte de Artemio Cruz y Aura partió sin haber conseguido el Premio Nobel, para el cual fue considerado varias veces como posible candidato. Su literatura incluyó más de 20 novelas, 17 libros de ensayo y 12 libros de cuentos.
Fuentes, quien también se desempeñó como diplomático en la década de 1970, era un intelectual con una voz escuchada alrededor del mundo en temas tan diversos como la corrupción, la política y el combate al narcotráfico. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes mexicano anunció la creación del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español. El peruano Mario Vargas Llosa fue el ganador de la primera edición.
Chavela Vargas, quien nació en Costa Rica en 1919, pero se nacionalizó mexicana fue otra de las artistas que partieron este año.
La cantante interpretaba música ranchera, pero lo hacía muy a su manera, con pantalones de manta, ponchos y una pistola enfundada, con lo cual rompía todos los estereotipos que había tenido hasta entonces la mujer en ese género musical.
Cuando tenía más de 70 años y había quedado casi en el olvido, su carrera comenzó a brillar una vez más con nuevas presentaciones en público y el lanzamiento de nuevos discos. Su relación con artistas como Pedro Almodóvar y Miguel Bosé la hicieron famosa en España.
A sus 93 años, Vargas lanzó un último disco —grabó más de 80—, Luna Grande, y viajó a España para una serie de conciertos. Pero a su regreso a México su salud empeoró y murió en agosto a causa de un paro respiratorio.
El poeta de las curvas
Óscar Niemeyer, el diseñador de Brasilia, la modernista capital de Brasil inaugurada en 1960, murió el 5 de diciembre a los 104 años de edad.
Niemeyer, conocido como El poeta de las curvas diseñó el Sambódromo que alberga los desfiles de Carnaval de Río de Janeiro, y el Museo de Arte Moderno en Niteroi, que parece un platillo volador en la costa.
Su obra, caracterizada por las formas y curvas que imitan a la naturaleza, puede encontrarse en Estados Unidos, Israel, Líbano, Argelia, Italia, Alemania y Portugal. Pero su proyecto más emblemático fue Brasilia, ciudad concebida desde cero en las planicies de la sabana brasileña. En ella Nienmeyer diseñó, entre otros edificios, la Catedral, el Congreso, el Museo y la Biblioteca Nacional, así como la Explanada de los Ministerios, un enorme espacio al aire libre en el corazón de los edificios gubernamentales más reconocidos de su creación.