“Este estudio sugiere que los centenarios pueden poseer genes adicionales de longevidad que les ayudan a amortiguar los efectos nocivos de un estilo de vida poco saludable”, dijo el autor principal del estudio, Nir Barzilai, director del Instituto de Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, de Nueva York.
En el estudio participaron 477 judíos askenazis de 95 a 122 años de edad, que vivían de forma independiente. De ellos, 75 por ciento eran mujeres. Todos se inscribieron en un estudio que busca descubrir los secretos de la longevidad.
Los datos de los individuos de comparación fueron los de tres mil 164 personas nacidas alrededor del mismo período que los centenarios, recogidos entre 1971 y 1975 al participar en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
Un 24 por ciento de los hombres longevos bebían alcohol todos los días, en comparación con un 22 por ciento de la población general, mientras que el 43 por ciento de los longevos hacían ejercicio regularmente frente al 57 por ciento de la población general.