Escenario

Conozca acerca del Proyecto Luis de Lión

Proyecto y Casa Museo Luis de Lión es un punto de encuentro entre la memoria histórica y la formación artística.

Mayarí De León hizo de su casa un centro cultural para dotar de conocimientos artísticos a niñas y niños de su comunidad, San Juan del Obispo. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz)

Mayarí De León hizo de su casa un centro cultural para dotar de conocimientos artísticos a niñas y niños de su comunidad, San Juan del Obispo. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz)

Mayarí De León González asiente cuando se le pregunta si la vida de su padre permeó la suya. Tal aseveración se evidencia en el mismo lugar donde responde esto: su casa, ubicada en San Juan del Obispo, Antigua Guatemala. En la vivienda nació su papá, José Luis de León Díaz, también conocido como Luis de Lión.

En ese mismo recinto nació Mayarí, primera hija del autor. La casa, que en la actualidad se distingue por su estridente color amarillo y por los textos de Luis de Lión en la fachada, no siempre fue ocupada por la mujer. Antes del 2004 la primogénita del escritor alquilaba una casa en Ciudad de Guatemala, donde acompañaba a su hijo en un proceso de quimioterapia. Tiempo después de luchar contra un cáncer, el joven falleció. Este acontecimiento hizo que Mayarí regresara a San Juan del Obispo, donde decidió sobrellevar el luto y ocuparse en atender la biblioteca que su papá había fundado en 1962. El padre quien fungió como escritor, maestro, artista y activista, fue secuestrado y asesinado por fuerzas del Estado en 1984, durante el conflicto armado interno.

De León relata que el período en el que regresó a San Juan después de la muerte de su hijo, se trenzó con la firma del acuerdo de solución amistosa con el Estado de Guatemala, cuando este reconoció su responsabilidad por el pernicioso final de su papá, Luis de Lión. Así transcurría el 2004 para Mayarí. Era una época en la que la muerte le era recordada a diario. Una demostración de ello tenía que ver con los acercamientos de distintas personas quienes llegaban a preguntar por la obra o vida de su padre. Mayarí cuenta que en ese entonces también recibía a varios artistas en la biblioteca. Estaban interesados en ofrecer talleres de pintura, música, teatro, y demás expresiones en el espacio.

Mayarí de León, quien se formó académicamente como trabajadora social y bibliotecaria, narra que estos acercamientos hicieron que el espacio se llenara de nuevas experiencias. Entre libros y estanterías, los talleres empezaron a llamar la atención de personas en la comunidad, específicamente la de niñas y niños. Una vez el espacio quedó corto, Mayarí decidió abrir las puertas de su casa (y la de su difunto padre) para darle una nueva sede a las distintas actividades. Con esta decisión, nació así un hogar para el arte (y la memoria histórica) en San Juan del Obispo.

Una casa para la niñez

Más allá del ímpetu que iba germinándose a propósito del nuevo espacio, Mayarí esperaba el apoyo estatal para hacer del proyecto uno más sólido. Según argumenta, el acuerdo de solución amistosa suponía que el Estado erigiría un centro cultural, un parque infantil, y un museo en la comunidad. Sin embargo, ninguna de las promesas ha sido cumplida.

Esa espera no ha detenido a Mayarí, quien asegura que abrir su morada para revindicar la vida e ideales sociales de su padre ha sido muy importante. “La casa está abierta como un acto de rebeldía. Entre más se tarde el Estado, más grande será el sueño. Esto ya no es solo un centro cultural”, añade.

Un mural con el rostro de Luis de Lión se alza en el espacio donde se planea construir dos escenarios en la sede del proyecto cultural. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz)

Ese sueño adquirió el nombre de Proyecto y Casa Museo Luis de Lión. Desde 2004 la vivienda recibe a niños desde los 3 años de edad, para que generen contacto con la música, la literatura y la pintura. A través de estas disciplinas, el proyecto cultural espera dotar de nuevas habilidades a quienes recibe. De esta manera, asegura Mayarí, se replica el legado de enseñanza que su padre realizó por varios años. En el presente el centro recibe a 45 niñas y niños.

La casa de Luis de Lión puede confundirse entre el pintoresco escenario arquitectónico de San Juan del Obispo, pero su distintivo se vuelve irrefutable después de leer los tres textos del escritor, inmortalizados sobre la pared amarilla de la fachada. “Aquí en San Juan existe la única puerta al cielo”, reza uno de los escritos.

Dentro del lugar los muros también desean hablar: los distintos textos de quien se rinde homenaje en el sitio permiten una exploración más cercana en su singular y armónica obra. Esto se mezcla con el colorido de sus murales, donados por la Cruz Roja Internacional. En ellos, un pequeño barco de papel realiza su viaje sobre las olas del mar; mismo que es retratado desde la entrada de la Casa Museo, hasta el interior de las salas en las que se imparten distintas lecciones de música, así como de estimulación temprana.

Transiciones Artísticas

Desde 2008, el Proyecto implementó una inciativa musical que ha permitido a diez generaciones de infantes en San Juan del Obispo sumar nuevas perspectivas desde la marimba y el canto. La marimba ha sido un elemento imprescindible en el lugar. A cargo del maestro Juan Noé Rajpop, el grupo que interpreta dicho instrumento ha tenido un gran desempeño desde su creación. En 2010 la agrupación fue bautizada como Marimba Brisa de Hunahpú, luego de figurar en un concurso promovido por la Organización de Estados Iberoamericanos, donde ganó el primer lugar. El certamen buscaba proyectos artísticos que formaran los ciudadanos del 2020.

Emanuel Rivera es uno de esos ciudadanos. Ingresó al Proyecto Luis de Lión hace una década, y su entrada le valió un nuevo hogar, según relata. El joven de 21 años se inició dentro del centro como aprendiz de marimba, y con ello vislumbró una señal que trazaría su carrera profesional: convertirse en pedagogo. Según relata, la paciencia y la atención que recibió mientras aprendía a tocar el instrumento lo hicieron descubrir su vocación. Después de desempeñarse algún tiempo como instructor de marimba en el Proyecto, Emanuel se hizo de un espacio en la Biblioteca José Luis de León, de la cual se encarga hasta la fecha.

“Podemos ver la incidencia del proyecto. Los niños son personas que pueden aportar a la comunidad,” sintetiza Mayarí De León. La directora del lugar resalta las habilidades que los pequeños pueden adquirir, así como la oportunidad de ampliar sus experiencias. Una de ellas es la propuesta para que la Marimba Brisa de Hunahpú efectúe tres viajes al extranjero. De acuerdo a Mayarí, esperan cumplir ese sueño en el transcurso de 2020. Sin embargo, de momento el Proyecto no cuenta con suficientes recursos para adquirir los boletos que permitirán los viajes.

A inicios de octubre, el escritor Luis Eduardo Rivera recibió el premio Nacional de Literatura 2019. Durante la ceremonia en la que fue galardonado, Rivera dio a conocer que parte del premio en efectivo, sería destinado al Proyecto Luis de Lión. La directora del centro comenta que esto significó una gran sorpresa y una gran muestra de la amistad que Luis Eduardo sostuvo con su padre. Mayarí asegura que aunque esta donación significa un gran apoyo al proyecto que encabeza, los fondos suplirán algunas necesidades inmediatas del lugar; razón por la cual no podrían adquirirse tiquetes de vuelo para el próximo año, como se espera.

La Marimba Brisa del Hunahpú está integrada por diez niñas y niños con edades entre los 10 y 15 años. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz)

Aunque en ocasiones la situación económica ha supuesto un gran reto para el mantenimiento del proyecto, el arte y la magia no han cesado en el lugar. El coro integrado por niñas vecinas de San Juan, armoniza la Casa Museo cada semana. Sofía -de 15 años- integra el grupo, y asegura que su experiencia dentro del mismo le ha enseñado a invertir mejor su tiempo, así como entender la importancia de la unidad con sus compañeras.

Con este misma certeza habla Alejandra Roldán, maestra de estimulación musical en el Proyecto. La especialista, quien trabaja con pequeños de 3 a 5 años, sostiene que labores como la que se realiza en el lugar son importantes para el desarrollo mental de niñas y niños. Además de la ventana de conocimiento a la niñez que propicia el proyecto cultural, también hay lugar para los grandes de la comunidad. La Biblioteca José Luis de León cuenta con 5 mil publicaciones, así como acceso a Internet.

El siguiente capítulo

Los sueños en la casa cultural no paran. Uno de los próximos objetivos será construir dos escenarios en los cuales podrán establecerse las marimbas, sus intérpretes, así como familiares de estos cuando hayan presentaciones. Además de esta obra, y los viajes que se esperan efectuar en 2020, la Casa Museo forma parte de un concurso de proyectos turísticos innovadores, impulsado por el Instituto Guatemalteco de Turismo. Mayarí de León comenta que el espacio que dirige es finalista ya que plantea abordar el conflicto armado interno en Guatemala, desde una perspectiva de esperanza y construcción. La directora remite al origen del proyecto, que nació después de lo sucedido a Luis de Lión en 1984. “Queremos promover la paz, la tolerancia, el derecho a la creatividad y a la formación artística”, añade.

Mayarí De León confirma una evolución en ella desde que empezó el proyecto que en la actualidad dirige. Asegura que al inicio hubo frustración. Hoy, se siente feliz y satisfecha con el centro que, reitera, ha transformado San Juan del Obispo y sus familias. Concluye: “La vida me dio la dicha de tener resultados visibles. Incidimos en esta comunidad que ha cambiado, sin que ella se de cuenta.” La hija de Luis de Lión y San Juan del Obispo no son los mismos de hace 15 años.

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ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.