Los expertos ya sabían que el murciélago localiza a su presa dormida guiándose por el ruido de su respiración y sus recuerdos.
Sin embargo, desconocían hasta ahora qué mecanismos había desarrollado el vampiro común para encontrar con tanta precisión el lugar dónde morder a su presa para alimentarse, extrayéndole hasta dos cucharadas de sangre.
El Desmodus rotundus ha desarrollado, durante la evolución de su especie, una utilización única de esta proteína a partir de tres cavidades situadas en el hocico del vampiro.
Esta variante no se encuentra en otras especies de murciélagos, que comen frutos, néctar o insectos, asegura Julius.