Escenario

VIDA BREVEConsumo versus culturismo

Creo que ha sido Juan Ramón Jiménez, quien dijo: ?Todos hemos nacido del pueblo y de la naturaleza, y por esta natural unión llevamos dentro el comunismo consumismo y culturismo?.

También sostenía que no hay sólo una cultura, sino varias, como la científica, filosófica y en primer término una poética, la cultura poética es la cultura de la vida.

También opinaba que los Estados Unidos estaban conduciendo el mundo a una alienación total. Se refería a los Estados Unidos del consumismo, del maquinismo, de la deshumanización, del absurdo y de unas cosas más que yo me reservo.

Él era poeta y comunista como se sabe, y yo opino que no todos los ricos son malos, ni todos los pobres suelen ser buenos.

Admiro todo lo admirable de la cultura norteamericana y de todas las culturas, mientras no se vuelvan en una anticultura o en aculturales y me encanta la buena poesía. La lírica o la romántica, pero no la antiimperialista, ni la de la derecha o de la izquierda, a las que considero extraterritoriales en la literatura.

En el año 1916, J. R. Jiménez escribe muy sarcásticamente en uno de sus diarios que cuando él asomado a una ventana en New York había preguntado algo tremendo: ?¿es la luna o un anuncio de la luna??, porque en el país en que todo es anuncio, llega un momento en que hasta la luna aparece como parte del sistema comercial, de propaganda y de venta de todo.

Añade: ?Para vivir en esta máquina actual de New York es necesario tener mucho dinero, alimento digerido, y se llega a la conclusión que la máquina se come el dinero y que el hombrecillo gris vive adquiriendo todo lo innecesario?.

Sigue diciendo que un cepillo de dientes es necesario, pero ese hombre gris, cepillando los dientes siente, con arreglo a la publicidad, la necesidad de cambiar el cepillo por una ducha de cepillos.

Y esos dientes con aquel aparato mecánico son en realidad dinero. Entonces, la víctima del dinero se convierte en tirano del invento del cepillado con la ducha para el cepillo de los dientes, y más aún piensa que el diente natural se come el dinero y que pronto necesitará algo más, pues no siempre será útil esa ducha de dientes que no basta al hombre boquiabierto ante el progreso que no tiene límites para el consumo de cosas mecánicas y eléctricas, domésticas y aparentemente imprescindibles, mejores que los dientes naturales.

Me dio risa leerlo en días pasados, puesto que ahora a cada instante y en diferentes canales de la televisión aparecen unos anuncios de la Colgate que dice que hay que cambiar cada tres meses el cepillo de dientes para mantener los dientes limpios y sanos, aun cuando ese cepillo permanece en buenas condiciones.

New York, que según J.R. Jiménez es la capital del consumismo capitalista, que él critica como comunista que fue y llama neocolonianismo de ?nuestra América?, como la llamó Martí.

Estas afirmaciones políticas de don Ramón finalizan con unas palabras llameantes y afiladas contra la decadencia del progreso, tal como consta en su diario, escrito tras una guerra civil, la más terrible de todas, puesto que enfrentó a hermanos de sangre y a vecinos, como se sabe, basta ser fieles a la historia.

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