Escenario

VIDA BREVEPensar, rimar y fracasar

El poeta es en nuestra época un ejemplar raro de una especie en peligro de extinción. Lejos de identificarse con el mundo técnico en que vive, decide oponerse a él y elaborar un mundo propio de su creación. Quiere jugar a ser poeta, inspirarse con la cafeína y nicotina, buscar la felicidad de los que se drogan con la poesía.

A veces son hombres que nos hablan del ?fulgor del alba? o de ?sombras cárdenas del atardecer?, de los ?surcos del tiempo?, del ?vaivén de las mariposas? o ?del contacto de los cuerpos desnudos como única verdad existencial?.

Así es la poesía, y cualquiera tiene derecho de escribir poemas y tratar de acaparar titulares en la prensa mediante un premio por lo mágico de sus estrofas.

Antes abundaban los poetas justamente célebres del surrealismo, simbolismo, impresionismo, expresionismo etc., ganadores de importantes premios, que son la puerta principal del éxito, como el Nobel.

Quién no sueña, al imitar a García Lorca, en integrarse a los best seller o ver sus novelas triunfando en las ferias de libros, aunque sean plagiadas a Kafka (El Castillo) por su carácter nebuloso.

A todos nos seduce el brillo de la popularidad y aunque nadie lo reconozca, también por el dinero que acompaña a los premios.

Muchos poetas son tan románticos que aseguran que lo material no eriza a su espíritu y siguen inéditos, desconocidos, pero rimando y estudian la mitología celta, la filosofía sufi, la historia de las religiones, los mitos griegos etc, y saben de memoria algunos versos de Bécquer y de Campoamor.

Eso de las ?golondrinas que volverán sus nidos a colgar?? y siguen hablando de ?las rosas cuajadas de rocío? y de la importancia de la ética-estética.

Pero qué les importan hoy en día a la mayoría de la gente las golondrinas y la ética y aún menos la estética de ?las rosas que de mis dedos crecen?, versos que recitaban nuestras abuelitas.

Sus nietos son hombres de asfalto agrietado y fachadas grisáceas, de barrios pobres en su mayoría, y la masa admira a la técnica y sueña con un nuevo refrigerador u otros artefactos eléctricos, aunque la tecnología del progreso será pronto nuestro principal problema por falta de energía eléctrica o de gasolina.

La Palabra Romántic de Rubén Darío no les conmueve, ni la Melancolía, del año 1910 de Juan Ramón Jiménez, ni tampoco su Diario de un poeta recién casado (con sus musas).

Desoyendo los cantos de sirena, las masas proletarias sólo claman por mejores salarios, no quieren que suba más y más la canasta básica, y como nadie regala nada, nadie compra poemarios, cuyo precio también ha subido mucho.

Cualquiera tiene derecho de rimar o escribir, pero en lugar del ?fulgor del alba? habría que hablar de las ?sucias madrugadas? de los que suben a un destartalado autobús para dirigirse a su monótono trabajo, paciente y mal pagado.

Ahora no hay atmósfera para los poetas, ni espacio en los periódicos para versos. La televisión se dedica, día a día, a la frivolidad, mostrando mujeres semidesnudas y más desnudas cada día, con sus divorcios escandalosos en Hollywood.

ESCRITO POR: