Esta condecoración consiste es un distintivo otorgado por el Presidente del Senado Gérard Larcher a personalidades, que refuerzan los diferentes lazos que unen a Francia con los países de América Latina y el Caribe. Este año se decidió atribuir las medallas a personalidades vinculadas al siguiente tema: “caminos hacia un futuro más próspero, solidario y responsable, especialmente a través de la educación”.
El reconocimiento es por el trabajo de Flores ha establecido con el programa Un Latinoamericano a París, Unlapar. En este se invita a jóvenes destacados, quienes se forman en Francia. Juan Pablo también entrega su tiempo a la asociación Cap Jeunesse, asociación de ayuda a la reintegración social de los jóvenes con dificultades.
El proyecto de apoyo a Guatemala
El intercambio de conocimientos es una de estas principales actividades del proyecto Unalapar. Un programa de intercambio y perfeccionamiento instrumental entre Francia y Guatemala.
La iniciativa nació por su hermano y músico Survier Flores, quien falleció en Francia en 2018. Empezaron hablar de ello desde el principio del 2000 y una década después empezó a tomar forma, después de estar en contacto de nuevo con Guatemala, al ser invitados a tocar como solistas con la Orquesta Sinfónica de Guatemala, en esa ocasión también dieron clases en la Escuela Municipal de Música.
Survier viajó muchas veces más a Guatemala para conocer las necesidades del país, se creó un campamento para enseñar de manera intensiva a los estudiantes y en 2013, el primer estudiante guatemalteco llegó a París a pasar una temporada de aprendizajes. Cada año viajó un joven talento hasta 2018, luego la llegada de la pandemia detuvo la dinámica.
Al fallecer Survier, Juan Pablo aceptó continuar con este proceso de campamento e intercambio. El objetivo es profesionalizar a los instrumentistas nacionales y que adquieran un mejor nivel a largo plazo.
Sin duda, la experiencia de vivir en otro país durante unos meses llega a marcar la vida porque permite conocer una nueva cultura y estar expuestos a elementos de comparación artística. “Se busca que adquieran conocimientos un poco más al estilo de la escuela francesa, en el sistema de cuerdas ha sido una de las más importantes en la historia y tenemos una gran tradición del instrumento de cuerda frotada”, agrega Flores.
En 2023 se están programando que regresen los campamentos musicales de varios días para Guatemala.
“Queremos influir en a evolución de la música guatemalteca y ser un complemento en la educación que reciben los jóvenes en el país”, Juan Pablo Flores, músico guatemalteco
Una vida artística de oportunidades
El artista, radicado en Francia, explica que durante los más de 20 años de vida artística en este país ha tenido grandes momentos, pero también algunos más complicados. “Todo proceso es evolutivo, la vida de músico aquí no se detiene y siempre es un contacto con diferentes personas que nos hacen crecer artísticamente”, expresa.
Flores López nació en Guatemala en 1981, en el seno de una familia de músicos, comenzó sus estudios musicales a temprana edad, guiado por su padre oboísta Benjamín Flores quien lo introdujo en los rudimentos de la teoría musical, a la edad de cuatro años comenzó la práctica instrumental con el piano, y a la edad de cinco años comenzó a aprender el violonchelo junto a Alfredo Mazariegos, ingresó a esta clase en el Conservatorio Nacional de Guatemala German Alcántara, en 1988.
En el 2000 viajó a Francia donde se unió al Conservatorio de Boulogne Billancourt. En 2003 ingresó al Conservatorio de Saint Maur des Fosses donde obtuvo el Primer premio de violonchelo bajo la tutela del músico Henri Demarquette, luego siguió su perfeccionamiento al lado de Itvan Varga (Budapest) y Raphaël Chrétien.
Recuerda que los primeros años fueron de un choque, pero se encerró a estudiar durante horas. Entre una de sus anécdotas recuerda que estaba en un ensayo en clase y simplemente dejó de tocar por lo cansado que estaba, su profesor en ese momento le quitó el instrumento y lo mandó al cine o a caminar, pero él se fue a la biblioteca. Al verlo su maestro le volvió a insistir que fuera a otro ambiente. “Aquí es normal que cuando uno es estudiante el hacer de seis a siete horas de instrumento diario…no hay límite”, explica.
En su carrera como músico ha sido invitado a tocar en la Orchestre Synphonique de l’Aube, Orchestre Pasdeloup, ensemble Matheus, violonchelo solo con el ensamble Les Cordes, con el que grabó un disco dedicado al compositor Euguerrand-Friedrich Lühl, y la orquesta Helios en la que también interpretó como solista.
En 2010 fue invitado por la orquesta de Guatemala para producir como solista junto a su hermano y músico Survier Flores para interpretar el doble Concierto de Brahms para cello-violin y orquesta, también fue invitado como pedagogo e intérprete a diferentes festivales en Francia como en el extranjero.
Actualmente es parte del Trío Mosaique, el cual comenzó después de la pandemia y ya cuentan con fechas establecidas para tocar este año. También es parte del equipo pedagógico Cresscend’O proyecto de práctica colectiva dedicado a los niños de 7 a 10 años. Es invitado regularmente como profesor a dar clases magistrales de violonchelo y música de cámara en Guatemala como en Francia.
Para el 2023 está preparando un disco en el que se involucre el chelo y la cultura guatemalteca.
