Los investigadores afirman que comer siempre va ligado a los sentimientos, por lo que se debe aprender a lidiar con ellos. Si el individuo es aficionado a algún alimento y hace tiempo que no lo consume, se recomienda darse la oportunidad y verlo como una forma de consentirse por algún esfuerzo.
Al día siguiente, debe seguir su vida normal y no ingerir el mismo alimento que tanto le gusta, sino programar una fecha para volverlo a probar. Cuando llegue ese día, aplicar la “psicología del plato”, que consiste en servirse la comida en platos pequeños, así lo verá lleno y quedará satisfecho fácilmente. Por el contrario, cuando se sirve la porción en platos grandes, quedan vacíos.
Los expertos recomiendan incluir vegetales, lácteos o frutas. Eso permitirá quedar satisfecho con mayor rapidez.