“Tienes que seguir con el mismo ímpetu o más del que demostraste durante el período de prueba, porque si decaes en tu actitud esto significaría que lo hiciste solo para impresionar y que no son tus cualidades innatas”, añade Jaime Tabarini, psicólogo industrial organizacional.
Conoce tu entorno
Es muy importante conocer de inmediato el reglamento interno de la empresa, que coincide regularmente con el Código de Trabajo, en aspectos como las horas de entrada y salida de los trabajadores, el tiempo destinado para las comidas y las normas de conducta; vestuario, presentación y compostura del personal, según su actividad laboral.
En tu trato con tus compañeros usa siempre las palabras gracias, por favor, con permiso; saluda siempre con amabilidad y cuando estreches la mano, mira a los ojos. Evita el chisme, las críticas destructivas, las burlas y las expresiones soeces. Cuando hables o contestes el teléfono, modula tu voz y no grites. Asimismo, trata de tener tu celular en vibrador porque el sonido puede desconcentrar a los demás. Mejor aún, si hablas lo mínimo por celular.
Trata a todos con respeto, sin importar su posición laboral; no seas de los que saludan solo a los gerentes.
Comunícate
Es conveniente consultar periódicamente de tu rendimiento a tus superiores, ya que esto ayuda a enmendar errores. A veces creemos cumplir a cabalidad con nuestras responsabilidades, pero nuestros jefes pueden tener otra percepción de nuestro trabajo. Es importante que sepas cómo optimizar tu desempeño. Aprovecha la experiencia de los empleados antiguos y no creas que sus ideas y pensamiento son obsoletos; ellos conocen la empresa mucho mejor que tú y te ahorrarán equivocaciones.
Tú decides
Cuando hagas propuestas, que tu propósito sea el mejoramiento de los procesos o del clima laboral; no actúes solo por verte más inteligente que tus compañeros o presumir conocimientos.
Ten presente que existe diferencia entre un colaborador y un servil. El primero es el que está dispuesto a “ponerse la camisola”, cumplir con su deber, hacer propuestas, impulsar al grupo y aceptar directrices. El segundo dice sí a todo, aunque no comparta la idea, solo por “quedar bien con el jefe”.
Nunca hagas nada que esté en contra de tus principios, la honestidad y de tu ética, y recuerda lo que dijo François Voltaire, filósofo y escritor francés: “El trabajo aleja tres grandes vicios: el aburrimiento, el vicio y la penuria”.
DERECHOS Y OBLIGACIONES
El Código de Trabajo de Guatemala, en sus artículos del 61 al 64, expone:
El patrón debe guardar la debida consideración a los trabajadores y abstenerse del maltrato de palabra o de obra.
El empleado debe ejecutar el trabajo con eficiencia, cuidado y esmero apropiados y observar buenas costumbres.
El empleado debe restituir al patrono los materiales no usados y conservar en buen estado los instrumentos de trabajo.
Se prohíbe al empleador influir en decisiones políticas o convicciones religiosas de sus trabajadores.