Esto es fundamental, ya que a niños menores de 3 años no se les puede dar un juguete que contenga piezas pequeñas porque pueden tragárselas y asfixiarse.
Otro factor que se debe considerar es el material; es decir, que el objeto no tenga pintura tóxica y ponga en riesgo la salud de los pequeños. Es necesario leer los empaques y observar las especificaciones en cuanto a edad recomendada, el tipo de material, y si la marca es de prestigio, porque esto garantizará que antes de salir al mercado ya pasó por varios procesos que garantizan su calidad y seguridad. Asimismo, hay que verificar que el área donde se colocan las baterías sea segura, de tal manera que el niño no las pueda quitar.
Beneficiosos
En cuanto a las temáticas, los padres también pueden optar por juguetes educativos que ayuden al desarrollo psicomotriz, cognitivo o físico de los menores. Aquí se incluyen los rompecabezas, juegos de ensamblar, libros de cuentos o legos. Cada uno de estos estimula varias habilidades. Por ejemplo, con los legos los niños adquieren destrezas manuales, pero también cognitivas porque a medida que juegan aprenden los colores y desarrollan su creatividad.
Para los bebés, los indicados son los que tienen luces, colores y texturas para estimular la visión, la audición y el tacto, ya que a esta edad están en pleno desarrollo”, aseguró el experto.
Gustos
El dilema para los padres es comprar el juguete que el niño pide o elegir uno que tenga beneficios extras para ellos. “Todo depende de la formación que se brinde en el hogar y los gustos que haya desarrollado el pequeño”, dijo Juárez.
En ese sentido, si en el hogar se inculca el deporte como una actividad de entretenimiento, los niños se sentirán complacidos con utensilios de beisbol, básquetbol, futbol, o con una bicicleta.
Sin embargo, el experto explica que una de las mayores tendencias es obsequiar videojuegos, pero no hay que permitir que estos sean sustituto de la convivencia y armonía familiar.