Rivera conversó con Prensa Libre, al respecto.
¿Quién era Enrique Gómez Carrillo?
Para Guatemala es una de esas figuras desconocidas y poco estudiadas, esto porque mantuvo un perfil diferente a los escritores de aquella época. Era un tipo irreverente, pero muy inteligente y sagaz, eso le sirvió para que saliera de este país. Rompía constantemente las reglas sociales, y esto no cambió con su llegada España y Francia, cuando apenas tenía 19 años.
¿A qué se debe ese desconocimiento?
Podemos atribuirlo a la ignorancia frente a la obra de este escritor. El tipo era alguien sofisticado, con una refinada capacidad para la sociedad guatemalteca de ese entonces, que se reflejó luego en el poco interés por leer su selecta obra. Carrillo se fue de Guatemala porque no soportaba lo provinciano que era esa sociedad, esa mentalidad conservadora era chocante para él.
¿Cómo colaboró Europa a evolucionar su mentalidad?
Él siempre fue un criollo. Su madre fue de origen belga y su padre español, entonces llegar a Europa no fue para nada extraño, tenía una formación muy europea. Tuvo muchas amistades que lo fueron formando y le mostraron un mundo diferente a lo que conoció en Guatemala. En esos años salió airoso del mundo de la crónica y entró a la novela con Bohemia sentimental, Maravillas, El evangelio del amor, entre otras.
¿En realidad existió rivalidad entre José Milla y Vidaurre y Gómez Carillo, como se ha dicho?
Cuando Gómez Carrillo tenía 16 años escribió una incisiva crítica a José Milla, a quien trató como provinciano. Hay que entender que Gómez tenía otra visión del mundo. Para ese entonces Milla era el escritor por excelencia de Guatemala, y un “muchachito” se atrevió a dudar de su obra, hasta se dice que, en el Teatro Colón, Gómez abucheó a Milla. Aunque creo que Gómez Carrillo no había leído bien la obra de Milla, como para derramar tan dura crítica, en lo que lo llamó fastidioso y áptero.