Escalante, junto a Scorsese y a ocho miembros más de un jurado de otras tantas nacionalidades, se encuentra desde el pasado viernes en la ciudad de Marrakech visionando las quince películas que compiten en la sección oficial por la Estrella de Oro del festival.
Con solo 34 años y tres películas en su haber como realizador, Escalante saltó a la fama sobre todo tras ganar en la pasada edición del Festival de Cannes el premio al mejor director por Heli, una historia de amor adolescente en el México contemporáneo, en la que el narcotráfico se cruza en las vidas de sus protagonistas con consecuencias trágicas.
La experiencia de Escalante como jurado no es nueva, pues formó parte del de los festivales de Rotterdam (2010) y Venecia y San Sebastián (ambos en 2013).
Para él, participar como jurado le permite codearse con otros directores de latitudes distintas, algo que le parece “divertido” , y al mismo tiempo agradece el hecho de que un festival de cine le “fuerza a ver una cantidad de películas”, algo de lo que no tiene ocasión en la vida cotidiana.
“Ser jurado en realidad es como un juego y al mismo tiempo muy arbitrario; en realidad es una tarea muy fácil la de discutir con los colegas lo que más les motiva o estimula en una película; en el fondo -reflexionó con voluntad desmitificadora- posiblemente es simplemente una forma de no sentirse tan solo”, dijo Escalante.
Al mismo tiempo, participar en un festival es un modo de acceder a un cine distinto del mayoritario y disfrutarlo en pantalla grande, cosa muy difícil en un mundo dominado por la industria más comercial.
El cine de Escalante, que no ha llegado a Marruecos y es improbable que llegue salvo por el floreciente circuito de la piratería, ha sido tildado de extremadamente violento por contener primeros planos muy largos en los que se muestran explícitamente agresiones físicas.
El mexicano, que ya ha tenido que afrontar críticas no siempre amables por esta relación entre imágenes y violencia, se defiende con un argumento muy simple: “Heli ha vendido ya derechos de exhibición en treinta países distintos; tal vez es por esa misma violencia que ha tenido tal éxito, concluye.