Existen dos tipos de máscara: normal y a prueba de agua, aunque también se comercializa la denominada pre-prime, que es igual a la máscara convencional, pero de color blanco o transparente, para dar más volumen.
Para levantar las pestañas se debe colocar una mayor cantidad de máscara en su base. Esto se puede hacer verticalmente con la punta del cepillo, distribuyendo la máscara a lo largo de cada hebra. Si se hace de manera horizontal, los ojos se verán más abiertos.
Si las pestañas son frágiles y además se es de las personas que derraman lágrimas cuando se aplican la máscara, se debe optar por una hipoalergénica o que contenga acondicionador.
Para las pestañas de abajo se sugiere una máscara a prueba de agua y aplicar el rímel con un movimiento permanente, ya que esto ayudará a que luzcan separadas y sin grumos.
Una parte muy importante de este producto es su cepillo; el de cerdas cortas permite cubrir toda la pestaña desde la raíz a la punta, proporcionando una mayor dimensión a las mismas. El grueso ayuda a lograr una cobertura más uniforme.