En cuanto a la paleta de colores, destacan los tonos tierra como los beige, amarillos y marrones. A estos se les suman los rojos y anaranjados, que resaltan las texturas y estampados propios de esas culturas.
Los estampados con formas geométricas y tribales son elementos esenciales para lograr este estilo de decoración. Se pueden emplear en alfombras, muebles, telares, jarrones y lámparas. La idea es contar con una serie de objetos que den variedad y estilo al ambiente y buscar materiales complementarios clave como mimbre, madera, barro, piedra, bambú, pieles y plumas.
Para estos espacios se sugiere tener una iluminación tenue y cálida, que se logra con velas y lámparas con luz amarilla.