Vida

Néstor Arévalo

?La música académica está muy marginada...necesitamos diseminarla en el interior del país?.

Es violinista, director de orquesta y de grupos como el Dúo Guatemala o la Camerata Vivaldi.

?La música es algo sin lo que no podríamos vivir si no está, significa la parte fundamental de mi ser?, dice Néstor Arévalo.

Desciende de una familia de artistas a los que llamaban ?la aristocracia de los Almorza. Ellos integraban primero la Orquesta Progresista y luego la Orquesta Sinfónica. En mi familia ha habido músicos, poetas, declamadores y actores?.

Al hablar de su niñez, recuerda que no participaba mucho en los juegos de su edad; ?muchos de mis amigos del barrio me dicen: ?vos, siempre que nosotros estábamos jugando fútbol o salíamos a la esquina, estabas con el violín?. En alguna época practicó artes marciales, ?pero no me gustaba la competencia de obtener premios, eso nunca me gustó en realidad?.

¿Inclusive con la música?

?En las disciplinas de las artes hay competencias a nivel nacional e internacional, pero con el pasar de los años he visto y comprobado que esta experiencia es buena siempre que no se tome muy a pecho si se obtiene o no un premio.

?Es muy subjetiva esta situación, igual que en cualquier otra situación de competencia, a veces no siempre los resultados son los idóneos, sino que están sujetos a determinadas opiniones, influencias, política; en fin, de esa cuenta que los grandes maestros casi nunca se sabe que hayan ganado excelentes premios, pero han destacado más que algunos que los han ganado?.

¿Por qué el violín y no otro instrumento?

?Al principio, con un tío empecé a estudiar violín. Me gustaba el instrumento a pesar que ya había comenzado a tocar guitarra con otro tío.

?Al poco tiempo mi tío me dijo que debía ingresar al Conservatorio para una mejor preparación, y así fue como ingresé a la cátedra de Carlos Ciudad Real en Guatemala. Posteriormente, ya realicé estudios en otros países como Estados Unidos y Francia, donde viví tres años, y en México, donde aprendí muchas cosas de otros aspectos como dirección orquestal, por ejemplo, que es un campo diferente.

?Pero fundamentalmente a mí lo que me absorbió siempre fue el violín. Desde pequeño ha sido mi compañero de alegrías, penas y tristezas. La verdad es que el violín, después de tantos años, es una parte fundamental de mi vida; independientemente que haga otras cosas, eso no me complementa tanto como el violín?.

¿Cuáles cree que serían los mecanismos para hacer que crezca el interés por la música académica en el país?

?Pues lo que no existe, desafortunadamente, es una institución que a nivel gubernamental o del Estado pueda proveer a los estudiantes de ciertos parámetros, de manera que el estudio sea bien encaminado y tenga cierta solidez. Desde el punto de vista institucional hacen falta muchas reformas en el aspecto disciplinario, técnico, artístico, administrativo, etc.

?En el aspecto privado, ahora en cualquier parte se anuncia que se dan clases de guitarra, de solfeo, de teoría, de historia de la música, de violín, de chelo, de canto, se acolocha el pelo, se venden tortillas y en fin, de todo.

?Los que van allí piensan que tocar un instrumento va a tomarles muy poco tiempo y, efectivamente, algunas veces así sucede; lo suficiente para integrar un grupo de música popular. Una trompeta, y a los dos o tres años ya están tocando. Por supuesto que saben que de la música formal o académica no van a vivir, entonces se meten a un grupo y van a tocar a las fiestas y el aspecto formal de una disciplina como la música académica no llega muy lejos.

?Y en el caso particular del Conservatorio Nacional, por ejemplo, saca tan pocos músicos y tan mal preparados… Nosotros, mi esposa y yo, dimos clases por un tiempo, pero vimos muchas anomalías y decidimos retirarnos porque no comulgamos con ese tipo de situación?.

¿Hacia dónde cree que va la música de este tipo?

?Bueno, eso está un poco en incógnita. La música de esta naturaleza está muy marginada.

Necesitamos un poco más de apoyo institucional y no institucional para poder diseminarlo en el interior del país con mejores condiciones, y no solamente centralizado en la capital y en cortas temporadas.

?Pero si esto sólo se queda en un esfuerzo propio de una localidad, una municipalidad, una casa de la cultura o una cosa así, con una serie de limitaciones tremendas, el asunto no trasciende mucho. Yo creo que paralelamente a la educación, la promoción de las artes, y en particular de la música, depende del apoyo que se le pueda brindar a los artistas y no solamente grupos relacionados con el Estado sino independientes, que se les provea de lo mínimo, por lo menos, para promover ese tipo de actividades, lo cual redunda en beneficio de la población.

?Y aunque no se pretenda que los jóvenes lo vayan a tomar como algo profesional en su niñez, por lo menos sí como una parte integral de su educación, porque la música le cambia a uno la vida totalmente?.

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